Se cumple la última voluntad de José Blanco 40 años después

F.L.D.
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La junta calificadora que nombró antes de fallecer en 1979, formada por el alcalde, la jueza decana y el párroco de San Gil, se disuelve tras entregar la herencia a las cuatro asociaciones que representan a los pobres de Burgos

Acto de distribución de los bienes de José Blanco Ojeda. - Foto: Luis López Araico

La historia de José Blanco Ojeda ha tenido, 40 años después, su final. Como contó Diario de Burgos en su edición del viernes 6 de diciembre, tras su muerte el 28 de septiembre de 1979, dejó en herencia una cuarta parte de sus bienes a los pobres de Burgos. El cometido se lo encargó a un albaceazgo mancomunado o junta calificadora que formaban tres figuras que fueron cambiando a lo largo del tiempo: el alcalde, el juez decano y el párroco de San Gil, comunidad cristiana a la que pertenecía y en donde siempre mostró una gran fidelidad. Tras la venta de varias viviendas de su propiedad, Proyecto Hombre, Fundación Lesmes, Cáritas Diocesana y el Banco de Alimentos, recibirán 22.500 euros cada una para cumplir la última voluntad de este amable burgalés. 

El alcalde de Burgos, Daniel De la Rosa, la jueza decana, Blanca Subiñas, y el párroco de San Gil, Fernando Arce, han hecho efectiva la herencia haciendo entrega del dinero recaudado con la venta de los inmuebles que Blanco poseía en la plaza Huerto del Rey a las cuatro asocaiciones beneficiarias y, seguidamente, se ha disuelto. 

Subiñas ha explicado que el motivo de la tardanza en cumplir la voluntad de este burgalés, al que ha calificado de "una persona amable" tanto en vida como tras su fallecimiento, fue la dificultad que encontraron desde un primer momento para dar salida a los bienes debido a la inusual figura jurídica que ellos representaban, la cual se recoge en el Código Civil pero no suele darse con frecuencia. 

Por otro lado, las viviendas que debían vender estaban ocupadas por dos inquilinos mediante contratos de arrendamiento antiguos, teniendo uno de ellos derecho a subrogación. "Consultamos varias inmobiliarias para que acordar un precio de mercado", ha apuntado la jueza decana. 

Las cuatro asociaciones han agradecido la generosidad mostrada por este burgalés, el cual era licenciado en Derecho aunque no consta que la ejerciera, y han anunciado que lo destinarán a diversos proyectos para ayudar a personas en riesgo de exclusión social. 

VIUDO CINCO MESES ANTES

José Blanco Ojeda se quedó viudo cinco meses antes de su fallecimiento. El matrimonio no tuvo hijos y tampoco se conocían familiares cercanos, por eso decidió donar todo su extenso patrimonio, una parte a la Iglesia (arzobispado y obras de caridad), y la otra a la figura de los pobres de Burgos. 

Poco se conoce sobre su vida porque tampoco constan mucha documentación en los archivos. Se sabe que siempre fue una persona muy amable que, en principio, se dedicó a gestionar sus bienes a lo largo de su vida. Su esquela revela que vivía en el número 10 de la plaza Huerto del Rey, un inmueble para el que años antes pidió licencia de reforma en el Ayuntamiento.