"La ciudad está viviendo de las rentas"

G. Arce
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El director general de la Fundación Caja de Burgos detalla los planes de una entidad benéfica clave que cada año aporta 14 millones de euros para el impulso de la vida empresarial, cultural, educativa, medioambiental y asistencial de Burgos

Rafael Barbero, director general de la Fundación Caja de Burgos. - Foto: Valdivielso

Ocho años después de su gestación, la Fundación Caja de Burgos está inmersa en el arranque de una nueva etapa que vendrá marcada por un  plan estratégico para los próximos 4 o 5 años, la inauguración de su propia sede en el edificio anexo a la Casa del Cordón y el final del pacto de socios que ha mantenido con CaixaBank y la Fundación La Caixa.
¿Qué novedades plantean para su nuevo plan estratégico?

La elaboración de un plan estratégico permite analizar lo que estamos haciendo, reducir aquello que no tiene el impacto que debería y potenciar lo que identificamos que la sociedad necesita y lo que nos dice que necesita. Estamos en un momento muy vivo, preguntando a todo nuestro entorno sobre lo que debemos hacer. Creo que no son momentos  de grandes cambios pero sí de enfocar líneas y necesidades. Hay conceptos como la digitalización de las empresas, la sostenibilidad o la cultura como tractor social y económico, que van a ser relevantes en esta nueva etapa. Lo presentaremos en el primer semestre del año que viene y tendrá una duración de entre 4 y 5 años.

¿Darán más protagonismo a sus líneas asistenciales y de salud y bienestar dada la urgencia sanitaria en la que nos encontramos?

Nuestros Interclubes y clubes Recrea apuestan por la socialización y el trabajo en hábitos de vida saludable. Seguiremos apostando por esa línea, más en unos momentos como los actuales. No vamos a dejar de estar en este ámbito porque la sociedad nos lo pide. También apoyamos la investigación pero nuestros recursos son limitados.

¿Hay más proyectos asistenciales además de la ampliación de la residencia de ancianos de la avenida de Cantabria?

La ampliación supone una inversión de en torno a los 8 y 10 millones. Crecerá nuestra oferta en plazas y también vamos a evolucionar en la forma de prestar servicio a los mayores. Más del 75% de las plazas de la residencia son individuales y este espacio propio del residente es uno de los grandes éxitos de este centro.  Además vamos a aplicar el modelo  de unidades de convivencia, que permite que un grupo de entre 14 y 16 residentes con las mismas características físicas y mentales comparta espacios. Hay que trabajar más en enfocar los servicios asistenciales  a cada momento de la vida del mayor.

¿La fusión de CaixaBank y Bankia pone un punto y final a su vinculación con el banco catalán?

Han coincidido en el tiempo la fusión bancaria con la finalización del pacto de socios que firmamos en agosto de 2012 con CaixaBank y la Fundación La Caixa. Ambos hemos decidido que nuestras vidas son independientes a partir de ahora, algo que veíamos venir y que es bueno para todos. A nosotros nos permite diversificar nuestro patrimonio e incluso pensar en otros proyectos. La fusión nos afecta positivamente como accionistas, porque entendemos que de esta operación sale una entidad más sólida y más rentable, que repartirá más dividendo por su mayor valor en Bolsa.

¿Se termina la obra social compartida con La Caixa?

Estamos pendientes de cerrar un acuerdo para que determinados proyectos recogidos en la obra social en colaboración se sigan desarrollando. Son proyectos que encajan tanto en sus líneas estratégicas como en las nuestras, en temas sociales o medioambientales, entre otros. Estoy seguro de que nos vamos a entender perfectamente.

¿Qué información tienen del nuevo banco y su futura relación con él?

CaixaBank y Bankia son empresas cotizadas y la información que emiten al mercado es generalista, no pueden particularizarla porque sería información privilegiada. CaixaBank absorbe Bankia, lo que diluye la participación que tenemos nosotros en CaixaBank, que pasa del 0,52% al 0,39%, pero lo importante es que nosotros tenemos unas acciones que nos gustaría que alcanzasen un valor más alto y creemos que así será a medio plazo.

¿Dan por hecho que se desprenderán de una parte de ellas?

Sí. Una fundación como la nuestra no debe tener una parte tan importante de su patrimonio invertida en un solo activo. Lo normal es que, a medio plazo, desinvirtamos en CaixaBank y diversifiquemos para que tengamos más tranquilidad.

¿Pero es saludable que el 50% de los ingresos de la Fundación vengan de los mercados financieros?

El 20% de los ingresos de la obra social de Caja de Burgos en 2011 procedían de las actividades que realizaba, el 80% restante era la dotación económica que hacía la antigua caja de ahorros. Ahora es un 50% el retorno que pedimos a nuestros usuarios y esto lo han hecho todas las fundaciones bancarias. Es difícil estirar más este porcentaje por lo que veo razonable y sostenible a medio plazo un reparto al 50% de ingresos por actividad y por inversiones en los mercados financieros. Habrá años buenos y peores en la Bolsa, pero unos compensan a los otros con una gestión adecuada. De hecho, vamos a tener un 2020 y un 2021 malos en cuanto a retornos financieros, con pérdidas, pero hemos tenido cuatro años previos con unos beneficios que suman 5,6 millones de euros. Este es un colchón que nos permite afrontar estos años malos con tranquilidad.

Manteniendo los presupuestos en los 14 millones anuales.

Sí.

En septiembre han reabierto todos sus centros. ¿Acude la gente?

Desde el 1 de septiembre, salvo los de Crea, de actividad para mayores, que no lo podemos hacer por normativa. Estamos sujetos a los aforos que nos permiten, lo que limita nuestra oferta. En la avenida de Cantabria, por ejemplo, tenemos un salón para 600 personas pero solo podemos vender 175 butacas. Podíamos no programar pero hemos apostado por hacer.Tenemos programadas 60 actividades culturales de aquí a final de año porque queremos seguir estando presentes en la sociedad burgalesa.

(La entrevista completa, en la edición impresa)