"Al odio de la ultraderecha se le combate con solidaridad"

R.C.G.
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ENTREVISTA | Guillermo Ubieto, concejal de IU, ha denunciado en los últimos días las amenazas recibidas

"Al odio de la ultraderecha se le combate con solidaridad" - Foto: Diario de Burgos

Un mensaje en el que le advierte de que le va a cortar el cuello ha sido la gota que ha colmado el vaso y que ha animado al concejal de IU a denunciar las amenazas que lleva meses recibiendo por parte de un ultraderechista. Lejos de elevar el tono, su discurso estos días apunta a rebajar la crispación pero sin caer en el victimismo, sino señalando sin tapujos a los que en su opinión fomentan estas actitudes.

Las amenazas recibidas, ¿han cambiado en algo su rutina diaria?

Es inevitable preocuparse, sobre todo por mi entorno, aunque tratas de que no se note. Con el estado de alarma ya tienes los movimientos muy reducidos pero aún así estos días intento evitar las franjas horarias en las que pasea más gente por precaución. De todas formas, más que mi seguridad me inquieta lo que pueda sucederle a gente anónima que no tiene el foco mediático de un cargo público y que está expuesta a las acciones de personas como la que me ha amenazado a mí, que ya ha dado más de un indicio de que es capaz de actuar. Por eso también presenté la denuncia.

¿Se ha sentido respaldado?

Sí, mucho. A nivel político todos los partidos del Ayuntamiento han respondido de forma unánime y sin condiciones. También el tejido social me ha mostrado su apoyo, igual que muchos vecinos en la calle. Es algo que se agradece. Pero también tengo que decir que hecho en falta una actuación más contundente de las autoridades en este tipo de casos, con condenas públicas, porque esta persona lleva actuando así mucho tiempo, pasando del debate ideológico a las coacciones. Seguramente si hubiera estado vinculado a la extremaizquierda se hubiera actuado antes y con más firmeza.  

¿Qué llamada es la que más le ha sorprendido estos días?

Me sorprendió gratamente que Cs fuese el primer partido en pedir una declaración institucional y que me llamara Laura Torres, una exconcejala con la que además tuve muchos enfrentamientos verbales en su época en la corporación. Es algo que le honra. En el lado opuesto, me da pena que un medio de comunicación de esta ciudad ni siquiera se haya hecho eco de esta noticia solo por ser yo el amenazado.

¿Cree sinceramente que la denuncia pondrá freno a comportamientos similares que se ven con frecuencia en las redes sociales?

Es importante mandar un mensaje de que este tipo de conductas no van a quedar impunes porque no son actos aislados sino enmarcados en un contexto de escalada de la violencia. También sirve para visualizar que los discursos de odio que lanzan ciertos partidos como VOX tienen consecuencias, porque animan a actuar violentamente a este tipo de personas.

Ha asegurado que va a responder en la calle, ¿qué quiere decir?

A la violencia hay que responderla con militancia en los centros de trabajo, en los barrios,... Al fascismo no se le puede blanquear, hay que combatirlo desmontando su discurso con un proyecto de justicia social y con solidaridad.

La incautación de explosivos de hace unos meses, los ataques a La Pasionaria, las amenazas a su persona,... ¿se está dando un peligroso auge de la ultraderecha en Miranda?

No se sí un auge porque la ultraderecha siempre ha estado ahí aguardando su momento, pero ahora está saliendo otra vez de la cueva porque VOX les anima a salir. No solo en Miranda sino en todo el país, y si no hacemos nada contra la escalada de odio, si seguimos legitimando y normalizando su discurso como un actor más de la democracia, cuando queramos actuar será demasiado tarde. Sin embargo VOX no tiene representación en la ciudad. No está en el Ayuntamiento, pero le votaron más de 1.700 personas en las últimas elecciones generales, lo que quiere decir que hay un caldo de cultivo favorable a sus ideas.

¿Cree que se presentará en las próximas municipales?

Estoy convencido, salvo que en el tiempo que queda entre todos seamos capaces de demostrar lo que realmente se esconde tras esas siglas.

¿Se está acentuando la polarización y la división de las dos Españas?

Está la España que produce y una minoría privilegiada, que ha conseguido que parte de la primera compre su discurso y defienda sus intereses pensando que también son los suyos. De todas formas hay cuestiones en las que no se puede ser equidistante porque entonces se está tomando partido y no precisamente por la convivencia. No se puede comparar la extremaderecha con la extremaizquierda, porque nunca puede ser igual el que promueve la discriminación contra colectivos minoritarios que aquellos que luchan por un reconocimiento de sus derechos. No puede ser igual el que habla de expulsar a los inmigrantes que el que defiende la integración. Además hay otra diferencia sustancial, y es que se puede estar más o menos de acuerdo con algunos postulados defendidos por los partidos de la izquierda transformadora, pero su propuesta de cambio del sistema es legítima y dentro del marco legal, mientras que la ultraderecha no tiene un proyecto político detrás, sino que se limita a resignificar símbolos, apelar a un patriotismo barato e incitar a  la violencia.  

¿Quién sale más reforzado de esta crisis sanitaria?

La derecha, sin duda. Su mensaje cala más cuando la gente está en una situación adversa porque identifica un enemigo al que culpar, aunque ese enemigo sea falso. Por ejemplo nos bombardean con bulos como que los inmigrantes viven de las ayudas cuando es todo lo contrario, aportan más de lo que reciben.  

¿Se está haciendo una gestión social de la crisis?

Más que en otras crisis, aunque menos de la que a IU nos gustaría. Se han hecho muchas cosas buenas y de las que estamos orgullosos, como evitar despidos, el ingreso mínimo,  el control de precios de productos sanitarios,... Pero no podemos obviar que a veces ha primado la economía sobre la salud, ya que se ha mandado a trabajadores no esenciales regresar a sus puestos para no parar todo el sistema productivo.

¿Qué nos ha enseñado a nivel local esta pandemia?

No es momento de criticar sino de remar en la misma dirección, pero creo que esta situación ha destapado que la economía local tiene una excesiva dependencia del sector terciario y que la política fiscal del Ayuntamiento es endeble porque no tenemos capacidad de generar ingresos más allá de la recaudación impositiva. A los quince días del confinamiento, ya habíamos tenido que pedir un crédito. Hace falta un plan fiscal alternativo para gravar a las grandes empresas y sectores estratégicos, discriminar en el IBI según el tipo de vivienda,...