El sueño que tocan 88 teclas

A.S.R
-

El Día del Piano baila en el calendario con tres alumnos de distintos niveles del Conservatorio Rafael Frühbeck, que confirman su poder de atracción entre quienes emprenden esta carrera y la pasión que despierta en ellos

De izquierda a derecha y de arriba abajo, Juan Barbero, Raquel Pascual y Gabriela Sofía Gómez - Foto: Luis López Araico

Destinada a ser la fiesta más alegre de todas y a la que están invitados todos sus amantes, el día 88 del año, en un guiño al número de teclas que tiene, se tiran confetis para brindar por el Día del Piano. La celebración se escapa de los corsés de la Unesco, organismo internacional que suele estar detrás de estas jornadas, y de las grandes efemérides para volar divertida. La iniciativa partió del músico alemán Nils Frahm en el año 2015. Y ha mantenido vivo el espíritu con una implicación y proyección in crescendo. La página web creada para la ocasión da cuenta de las citas orquestadas para este homenaje, que este 2021 cayó en el día 29 de marzo. Ciudades de todo el mundo se unen, o lo han hecho o lo harán, con eventos de distinta naturaleza. 

Un no sé qué tiene el piano que enamora. Su poder de seducción es palpable en los conservatorios. La jefa de estudios y profesora de este instrumento del Frühbeck de Burgos, Raquel Sabarís, confirma que continúa siendo el rey. «Cuando vienen los niños a hacer las pruebas los más demandados son piano y guitarra. Sigue siendo así. Se van abriendo campo otros, pero hay mucho desconocimiento y son los que la gente tiene más en mente cuando se decide a estudiar música. A nivel de calle, tiene más visibilidad y popularidad que ningún otro», traza al terminar una de sus clases y anota que los alumnos que lo eligen abandonan o terminan en la misma medida que los de cualquier otra especialidad. El esfuerzo no entiende de sonidos. 

Para la profesora Nuria Belando «el estudio de cualquier instrumento es una carrera de fondo, va poco a poco, y que quien empieza siga depende de muchas cuestiones». Si centra el foco en el piano, asegura que es el más demandado, pero «también el que exige más horas y disciplina de estudio, además de desarrollar muchas capacidades en los alumnos que lo eligen por su complejidad. Como requiere la combinación de las dos extremidades, hay que tocar los pedales con los pies y las teclas con las manos, los lleva a adquirir una gran capacidad de concentración». 

Sabarís tampoco cree que tenga más salidas laborales que otros. Otra vez se cuela el depende y el tiempo que le dedique cada uno. «Para tener trabajo hay que ser bueno en todos. Sí es verdad que hay muchísima gente que toca el piano y hay más competencia, pero también es más versátil, con más especializaciones como concertista, docente, acompañante de cantantes, de danza, de otros instrumentos..., pero también otros lo tienen», aventura acortando distancias entre unos y otros, aunque la corona de la popularidad la lleve el piano.