Hartos del lamentable estado de las carreteras ribereñas

I.M.L.
-

A las reivindicaciones de Brazacorta, Caleruega, Huerta de Rey y los tres Arauzo se suma ahora Tubilla del Lago, que lleva soportando una «carretera fantasma» desde hace casi cuatro décadas

De lado a lado. Felicísimo lee el artículo que bautizó esta vía como «carretera fantasma» ante uno de los mayores socavones. - Foto: Alberto Rodrigo

Las conexiones por carretera en comarcas como la Ribera del Duero son tan relevantes para frenar la despoblación como el acceso a un buen servicio de internet, lo que lleva a los vecinos de la comarca a no parar en su empeño de contar con unas vías transitables. Reivindicaciones estas que tienen una dispar respuesta por parte de la Administración pública, ya sea la Diputación de Burgos, la Junta de Castilla y León o el Gobierno central. Mientras exigencias como la culminación de la Autovía del Duero caen en saco roto, a la vez que la N-122 se deteriora gravemente y sus usuarios tienen que soportar múltiples baches, otras vías se encuentran ya adecentadas, como es el caso de la carretera BU-200 entre Fuentecén y Campillo de Aranda, después de mucho insistir por parte de los alcaldes de las localidades afectadas de la zona.

Los que aún no han logrado discurrir por la vía que les une a Baños de Valdearados son los vecinos de Tubilla del Lago, y lleva casi cuatro décadas reclamando que la BU-V-9102 la puedan usar sin riesgo a reventar una rueda en uno de los múltiples socavones.  Los vecinos la conocen como la «carretera fantasma», un calificativo que le puso en 1983 la entonces corresponsal en la zona de este periódico, Mery Varona, y que sigue estando en vigor. «Esa carretera no existía, lo reflejaron en los mejores mapas pero se olvidaron de hacerla, han pasado 38 años desde dicha edición y seguimos en las mismas condiciones o peor», lamenta Felicísimo Fernández, que por aquel entonces era alcalde y que aún reclama esta inversión.

La última vez que se actuó en esta carretera, de escasos cinco kilómetros, fue en 1999, cuando se adjudicaron unas obras de adecentamiento pero «los de Tubilla y Baños no quedaron demasiado contentos ya que echaron riego de alquitrán en vez de echar aglomerado», recuerda Felicísimo, lo que derivó con el tiempo en una rápida degradación de la zona de rodadura. «Es un aquí caigo y aquí levanto, hay unos hoyos cortados que el que no lo conoce puede reventar una rueda, pegar con la parte delantera y romper el cárter del motor o salirse y haber daños personales, así que el que no lo conozca, circule con la máxima precaución», avisa.

Esta carretera evita a los tubillanos tener que ir hasta Villanueva de Gumiel para enfilar luego hasta Baños de Valdearados, y viceversa, lo que supone multiplicar por tres el trayecto directo. El problema al que se enfrenta esta reivindicación es que la BU-V-9102, que ya aparecía como carretera en los mapas del MOPU y que sigue apareciendo como tal en las actuales aplicaciones móviles, la Junta de Castilla y León le mantiene esa categoría pero para la Diputación de Burgos es «un camino vecinal y el mantenimiento tienen que hacerlo los dos pueblos ¿cómo es posible que ocurra esto?», se lamenta Felicísimo.

Más allá de los problemas de comunicación, los vecinos de la zona consideran que esta es una piedra más en el zapato del desarrollo rural. «Analizando todo esto y más puedes comprobar que la despoblación la han provocado y la siguen provocando desde arriba, quizá los hombres y mujeres que nos representan en las instituciones no sepan lo que son los pueblos, sus problemas y sus necesidades, ya que se les puede dar un calificativo de hombre y mujeres de asfalto», critica.

Necesidades escuchadas. Los que sí que van a poder discurrir por una carretera del siglo XXI van a ser los usuarios de la BU-912, en el tramo de 12 kilómetros entre Gumiel de Izán y Quemada. En julio del año pasado, la Consejería de Fomento de la Junta inició el largo proceso administrativo para realizar unas obras de mejora con un coste estimado de dos millones de euros y el expediente ya tiene un adjudicatario para la redacción del proyecto de mejora de esta carretera, la empresa Grusamar Ingeniería y Consulting SL por un importe de casi 44.000 euros.

Esta carretera de doble sentido y por la que transitan muchos camiones tiene una anchura media de 5,20 metros y carece de arcenes, por lo que hay zonas en las que la circulación es problemática. Los técnicos de la Junta destacan como uno de los puntos más conflictivos el paso superior de la línea de ferrocarril Madrid-Aranda-Burgos, que se encuentra en el punto kilométrico 3,100, donde hay «un importante estrechamiento de la calzada, debiendo realizarse un ensanche de la estructura. En el informe previo se resaltaba que «en los últimos 10 años no se ha efectuado sobre la misma ninguna actuación importante» lo que ha provocado por el uso continuado y el paso de los años «algún blandón localizado y agotamiento del pavimento».

A la hora de realizar el proyecto necesario para ejecutar la mejora de este tramo de la carretera BU-912, se pone el acento en que en el trayecto en el que se pretende actuar hay dos travesías, la de Villanueva de Gumiel y la de Quemada, en las que los técnicos tendrán que poner especial atención para el estudio pormenorizado de sus problemáticas y soluciones los encargados de redactar el proyecto, sin olvidar los puntos en los que la vía cuente con intersecciones con otras carreteras.