Más de 10 años sin pedaladas

H.J
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La última vez que se celebró una prueba de escuelas infantiles en el velódromo de San Cristóbal fue en el lejano 2008 pero el Club Ciclista Burgalés insiste en que hay demanda para su recuperación

Participantes en un campeonato del año 2005. - Foto: Jorge Citores

Fernando del Val, presidente del Club Ciclista Burgalés, no entiende el empeño del Consistorio capitalino en dar por muerta una dotación que a su juicio todavía podría tener recorrido. No es una cuestión de falta de demanda, porque en Burgos hay ciclistas y no hay otro velódromo, y de hecho quienes se animan a probar en la disciplina en pista tienen que ir a otras ciudades a practicar.

«Nosotros hemos intentado reabrirlo, hemos propuesto su arreglo muchas veces, pero el Ayuntamiento quiere que paguemos nosotros hasta el IBI y eso es imposible», lamenta. De hecho, recuerda que las últimas pruebas que se realizaron en el velódromo fueron campeonatos de escuelas ciclistas en torno al año 2008, «después estuvimos entrenando hasta 2010» y a partir de ahí la nada.

Explica Del Val que «el mantenimiento lo pagó durante años el Consejo Superior de Deportes hasta que en un momento tuvo que hacerse responsable el Ayuntamiento. Entonces nos dijeron que el seguro era muy caro y lo cerraron», al tiempo que subraya la necesidad de una instalación de este tipo: «Lo hemos pedido para entrenar y nada, si se quiere se utilizaría, para evitar salir de noche y con frío o para no tener que irnos con los niños a Villas del Arlanzón, donde ahora estamos entrenando con la colaboración de Villalbilla».

Dada la climatología burgalesa, si el velódromo estuviera cubierto, como otros existentes en España, sería perfecto. Pero por el momento el Club Ciclista Burgalés ni siquiera apunta tan alto. Se conformaría con un adecentamiento de una pista que ya existe y que, a su juicio, si hay voluntad política se podría reutilizar con frecuencia