La Policía Local de Miranda no puede medir los ruidos

Ó.C.
-

CSIF denuncia la situación y añade otras carencias que sufren los agentes por falta de cursos, como los necesarios para realizar test antidroga. También demanda más prácticas de tiro

La Policía Local de Miranda no puede medir los ruidos - Foto: Raúl Canales

Los agentes de Policía Local sufren desde hace años un déficit de formación que provoca que el servicio no cuente con la capacidad para intervenir ante ciertas llamadas. El sindicato CSIF denuncia carencias en cuestiones como las prácticas de tiro o los controles antidroga, aunque hay una materia en la que lamentan que su margen se reduce a cero. Se trata del control de ruidos, un aspecto que centra muchas llamadas el fin de semana -al menos antes de que empezara la pandemia- pero para realizar las mediciones se necesita un curso, que actualmente no tiene vigente ningún miembro de la plantilla.

"La desidia es total", critican en el sindicato, sobre la actitud municipal porque afirman que las peticiones de formación siempre caen en el cajón del olvido. "En estos momentos ninguno de nosotros podemos hacer mediciones", reiteran en CSIF, lo que hace que si comprueban los niveles, su examen no tenga validez. Por este motivo, ante las quejas por la música alta, molestias de vecinos, obras o ruido de empresas no puedan registrar los decibelios que soportan los perjudicados. Sin este dato objetivo para actuar, en CSIF explican que los agentes hay momentos en los que no pueden hacer nada y, en otros escenarios como las quejas por ruidos nocturnos, atajan el problema multando "en base a la ordenanza de convivencia ciudadana, no por la de ruidos porque no podemos", zanjan.

En la plantilla del Ayuntamiento, solo el técnico de Medioambiente tiene la titulación para utilizar el sonómetro. El inconveniente reside en el horario de este trabajado, ya que a partir de las tres de la tarde y en fin de semana, todas las quejan que surgen quedan sin valorar. El sindicato aclara que el curso para instruir a los agentes en este materia se hizo hace décadas. Fueron cinco los agentes que se presentaron para recibirla, de los cuales tres se han jubilado. Además, advierten que el curso caduca, por lo que ya no tiene validez y algunos miembros de la plantilla con 20 años de servicio "nunca hemos visto que se haya hecho".

Por parte del sindicato inciden en la actitud que soportan del equipo de gobierno, ya que la Junta hace las convocatorias para esta formación, pero el Ayuntamiento "se tiene que preocupar" de que los agentes puedan ir. Esta no es la única demanda por la que resiente el servicio, y en la lista también apuntan la instrucción para realizar los test antidroga. En este aspecto destacan que "no todos estamos formados", ya que solo se dieron nociones a dos agentes por turno.

Algunos de ellos se han jubilado y otros han cambiado de destino, por lo que dentro de ciertos turnos no hay ningún policía que pueda ir con el aparato para comprobar si algún conductor va al volante bajo los efectos de sustancias estupefacientes. Esto genera problemas cuando paran un vehículo y sospechan que la persona puede conducir drogada. En esa situación "o bien llamamos a la Guardia Civil, con lo que eso supone, o tratamos que la persona acceda a realizarse la analítica de sangre, pero esto es difícil que se dé", remarcan.

La necesidad de formación se arrastra desde hace años y apuntan que no solo responde al periodo del actual concejal de Seguridad Ciudadana. En el caso de las prácticas de tiro, en CSIF definen esta materia como "básica", pero "los últimos agentes que entraron a principio de año acaban de hacerlas ahora", evidencian. El uso de la pistola reglamentaria no se anula por falta de práctica, ya que con la formación que se recibe en la academia se considera suficiente, pero en el sindicato mantienen que se necesitan cursos de reciclaje para conservar soltura y para obtenerla muchas veces "tenemos que pagar de nuestro bolsillo".