Pentasa, la BU-30 y el HUBU se llevan la peor parte

F.L.D.
-

Gamonal, Capiscol y el G3 fueron las zonas más afectadas por la espectacular tormenta que cayó a primera hora de la tarde. También se produjeron goteras en el hospital y retenciones de tráfico a la salida de la ciudad

Pentasa, la BU-30 y el HUBU se llevan la peor parte - Foto: Alberto Rodrigo

Poco tiempo necesitó la tormenta para conseguir que varias calles, garajes y naves industriales de la zona este de Burgos, sobre todo en barrios como Gamonal, G3 y Capiscol, quedaran anegadas por el agua. Una espectacular granizada cayó a primera hora de la tarde de ayer y en poco menos de 60 minutos dejó en la capital 32 litros, según midió la Agencia Estatal de Meteorología en Villafría. En ese lapso de tiempo, la central de emergencias del 112, los Bomberos de Burgos y la Policía Local recibieron más de una veintena de llamadas alertando de los problemas causados por la tromba. No fue hasta pasadas cuatro horas cuando se restableció la normalidad.

Una de las imágenes más espectaculares se produjo en el puente de la BU-30 sobre la N-I, donde el agua inundó la cantidad de carretera suficiente para impedir que los coches pudieran transitar siquiera por unos 20 metros. La altura en este tramo provocó incluso que algunos de los vehículos se quedaran completamente detenidos, por lo que la circulación tuvo que desviarse mientras la grúa los retiraba de la calzada.

Otra estampa inusual se produjo en la calle Juan Ramón Jiménez, a la altura del Mercadona. El granizo y algunas ramas y hojas de los árboles caídas durante la tormenta obstruyeron las arquetas y la calzada del bulevar se inundó en cuestión de minutos, lo que provocó retenciones e, incluso, algún que otro accidente de tráfico en la zona. Efectivos de la Policía Local se encargaron de regular la circulación mientras los efectivos de Bomberos liberaban las alcantarillas y achicaban la mayor cantidad de agua posible para facilitar cuanto antes el tránsito.

A pesar de lo espectacular de la escena, ningún comercio de esta calle se vio afectado por la tormenta y no sufrieron ni goteras ni inundaciones. Todo lo contrario que en Pentasa, a pocos metros de allí, donde algunos empresarios estuvieron varias horas achicando agua que se había filtrado tras la obstaculización del granizo en los canalones y arquetas. También en el Polígono Burgos Este hubo algunos recintos y almacenes que se vieron ciertamente afectados por la tormenta. En el concesionario Ibermotor De Santiago, por ejemplo, la lluvia llegó hasta la zona de exposición de vehículos nuevos.

Su vecina de la calle Alcalde Martín Cobos, Muebles Liquidator, también vio como el agua llegó a la parte del almacén y afectó a muebles y sofás, si bien la parte expositiva terminó intacta. Tampoco hubo que lamentar daños materiales en la Aduana de Burgos, aunque el director gerente, Gonzalo Ansótegui, reconoció que en dos zonas concretas del recinto se produjeron grandes inundaciones que afectaron a algunos vehículos.

Para entonces, todos los efectivos que en la tarde de ayer se encontraban de guardia en el Parque de Bomberos trabajaban simultáneamente en diferentes zonas de la ciudad. El agua se acumulaba en las rotondas y laterales de las calzadas, lo que incrementaba el riesgo de accidentes y obligaba a trabajar a contrarreloj. En Villímar,  el granizo incrustado en un parque infantil otorgaba una postal más invernal que del mes de julio y en calles del G3, como Conde Lucanor, Condesa de Mencía o Islas Canarias, también sucumbieron al temporal, al igual que el Hospital Universitario de Burgos, donde se produjeron goteras en la zona de la cafetería y una pequeña inundación en el aparcamiento.

La tormenta de granizo también provocó que la Policía Local retrasara el horario de apertura de la feria de atracciones de San Pedro aproximadamente una hora, hasta que se aseguró que la normalidad se instauraba en la ciudad. La tormenta se fue desplazando a otras zonas, si bien la salida más reseñable de los Bomberos fuera de la zona este de Burgos se produjo en Villatoro.