Sospecha por demasiados enlaces en el pasado

I.E.
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Dos matrimonios poco duraderos con mujeres extranjeras despertaron las sospechas de unas nupcias fraudulentas

Dos matrimonios poco duraderos con mujeres extranjeras despertaron las sospechas de unas nupcias fraudulentas. - Foto: Valdivielso

La investigación de las circunstancias personales de los cónyuges en ocasiones alcanza también su pasado y éste es el que a veces aporta más datos sobre las verdaderas intenciones del hombre y la mujer. Es lo que ocurrió en el caso de una pareja que quiso casarse en Burgos en el año 2018 -él de aquí y ella de Bulgaria- y que ha acudido a todas las instancias judiciales para recurrir la decisión del juzgado de no concederles la autorización matrimonial.

Del análisis de la documental el registro civil observó que el hombre había contraído cuatro matrimonios previos y de corta duración, los dos últimos con mujeres extranjeras. El primero de ellos fue  entre 2005 y 2006, y el segundo, entre 2010 y 2013. Este detalle ya despertó sospechas de que el matrimonio que pretendía celebrarse podía ser de complacencia. No obstante, en las audiencias reservadas se obtuvo información que contribuyó a confirmar esa presunción. Para empezar, entre hombre y mujer había una diferencia de 23 años. Además, ella precisó de un intérprete durante los interrogatorios, llegó a reconocer que al principio se comunicaban con dibujos y señas e incluso tenían que usar el diccionario para entenderse. Admitieron que se conocieron un 2 de agosto de 2017 y a los cinco días se fueron a vivir juntos. En las preguntas personales realizaron declaraciones contradictorias sobre cuestiones básicas como si se habían hecho regalos y demostraron desconocer datos elementales de familiares cercanos.

A pesar de que la negativa del registro se fundamentó en todos estos indicios, los interesados recurrieron la decisión ante la Dirección General de Registros y del Notariado (ahora de Seguridad Jurídica y Fe Pública), que confirmó el auto del juzgado de primera instancia. Ahora la Audiencia ha denegado la última apelación, que invocaba un error en la valoración de la prueba. Alegaba la pareja que habían tenido malas experiencias con sus familias biológicas y por eso se fueron a vivir pronto juntos. Ella agregó que siendo de nacionalidad búlgara no precisaba del matrimonio para obtener la residencia y explicó que pidió el intérprete en la audiencia reservada en la creencia de que no se iba a expresar correctamente y no iba a ser entendida. Además, remató señalando que continuaban viviendo juntos. Pero no valieron los argumentos. Su matrimonio no ha sido aprobado.