«No conozco un solo caso de padres primerizos sin miedo»

María Albilla (SPC)
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En plena era tecnológica se hacen mil fotos a un recién nacido, pero Lucía Galán apuesta por un formato más analógico y sentimental: 'La agenda de mi bebé', un día a día sobre papel que acompañará a la madre desde la gestación a los dos años del niño

Desde hace años, miles de padres la conocen simplemente como Lucía, mi pediatra. Pero Lucía Galán se ha convertido en guía y consejera de muchos de ellos gracias a que, desde que abrió su blog, les habla cara a cara sobre el universo que se abre en el mismo momento que una prueba de embarazo da positivo. 

 

La maternidad se vende como un momento dulce, pero esa dulzura… ¿tiene mucho de fantasía?
La maternidad es dulce, es amarga, es ácida, es grandiosa, es intensa, es genuina, pero sobre todo es transformadora.  ¿Hay momentos de dulzura? Por supuesto, muchos. Los momentos más dulces y delicados los he vivido junto a mis hijos, pero también hay momentos de verdadera angustia, de miedo, de soledad y de esto, se habla poco. 

 

Si es porque eres primeriza, porque no sabes. Si tienes el segundo, por si se te ha olvidado del primero… Entre tantos consejos la gente se olvida de que la vida improvisa. Y los bebés…
Cuando tienes el predictor en tu mano y ves las dos rayitas sientes que estás viviendo uno de los momentos más felices de tu vida. Miras a tu pareja, te acaricias la barriguita y os imagináis a un bebé perfecto, una relación de pareja perfecta, una vida perfecta. Pero la vida, efectivamente improvisa. Hay que aprender a improvisar, aceptar, perdonarse y seguir adelante. Como decía Martin Luther King: «Si no puedes volar, corre. Si no puedes correr, anda. Si no puedes andar, gatea. Pero hagas lo que hagas, sigue avanzando». 

 

Tanto en el embarazo como en los primeros meses de la maternidad puede surgir miedo. ¿Es normal? 
Sí, es normal. No conozco un solo caso en el que unos padres primerizos no hayan sentido miedo. Es más, en ocasiones es un miedo aterrador. Miedo a la enfermedad, a que les ocurra algo, a que nosotros mismos tengamos alguna enfermedad. Todos hemos pasado por ello, así que, antes de nada, normalicemos esa emoción. Eso sí, sin consentir que domine nuestra vida. El miedo tiene el enorme poder que proyectamos en nuestros hijos. Unos padres temerosos harán de sus hijos unos niños temerosos y esto no lo podemos consentir como padres. 

 

¿Qué importancia tiene la madre de la madre desde el principio?
Una sabe que madre no hay más que una y que la palabra incondicional cobra todo su sentido cuando nos convertimos en madres. No hay un momento más revelador para una mujer que este. Cuando te conviertes en madre de pronto muchas de las piezas del puzle de tu infancia y juventud, encajan. Entiendas más y mejor a tu propia madre. En mi primer parto todos me veían como una gran mujer, hecha y derecha, pero yo al estar con mi madre era simplemente hija… y esto me permitió llorar todo lo que tenía que llorar, quejarme y dejarme cuidar cuando más lo necesitaba. Gracias mamá. 

 

Dice que es esencial guardar los recuerdos. Con el primero se suele ser más detallista, ¿pero qué pasa con el segundo y con el tercero…? 
Que no tenemos tiempo. Pero aun así, ¿merece o no merece la pena hacerles a cada uno de ellos su agenda, su con los momentos más tiernos e irrepetibles de sus primeros años? Es un regalo para toda la vida. 

 

Aparte de mantener los recuerdos bonitos, aporta consejos como, por ejemplo, la manera de evitar la muerte súbita. ¿Cuál es la clave?
Los padres han de estar informados. El motivo de incluir mensajes importantes en la Agenda de mi bebé fue que considero que hay información que todo padre debe conocer y este tema es uno de ellos. 
Dormir boca arriba durante los primeros seis meses de vida. Estar en una cuna despejada, sin peluches, sin cojines altivuelco, sin almohadas, sin gasitas por riesgo de asfixia. Dormir en la misma habitación que sus padres obligatoriamente hasta 12 meses si se puede... 

 

El posparto, según cuenta, es un gran desconocido. El bebé es esencial, pero la madre también y debe aprender a cuidarse. ¿Cómo?
Para el recién nacido sobran brazos y cuidados, pero ¿y para la recién mamá? ¿quién cuida de la recién mamá? Aprender a cuidarse está muy bien, claro que sí. Pero quizá el posparto no sea el mejor momento para ello. Son unos días tan difíciles y duros, estás tan cansada, tan desconcertada, con esos momentos de risas y llantos que ni tú comprendes que lo único que necesitamos es que nos hagan la vida más fácil. 

 

¿Qué papel tiene aquí la pareja?
Tiene un papel clave. Es la otra mitad de esta aventura. No se trata de ayudar, no. Se trata de estar, de apoyar, de compartir, de sentir, de avanzar juntos… unas veces tirará nuestra pareja del carro, otra nos tocará a nosotras, pero el viaje cobra todo su sentido si se empieza con un sólido compromiso de amor y cuidados mutuos. 

 

El movimiento anti vacunas está a la orden del día. ¿Qué opina? 
Las vacunas evitan cada año entre dos y tres millones de muertes. Suponen uno de los avances médicos más importantes de la Historia de la humanidad. Sus beneficios son innegables. Exponer a tus hijos a padecer más de una docena de enfermedades potencialmente mortales o invalidantes es una terrible irresponsabilidad. 

 

Es mejor no dejar llorar al bebé porque donde mejor está es en brazos. ¿Y qué pasa si el que llora es el hermano y también quiere brazos? 
Pues habrá que consolarle también ¿no? Qué difícil ceder el trono para ese hermano… Empatía, comprensión, acompañamiento y escucha. 

 

¿Y guardería o abuelos? 
Las escuelas infantiles surgen de una necesidad familiar cuando no hay personas de confianza que puedan cuidar de nuestros hijos. Hacen una labor maravillosa cuando no hay una opción mejor. La Asociación Española de Pediatría no recomienda escolarizar a niños menores de dos años, ya que la posibilidad de enfermar se triplica. Pero esto es una decisión personal que debe tomar cada familia en base a sus circunstancias. Ante todo, respeto por las decisiones de los demás.