El arte también va a la oficina

DB
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La Fundación Castilla y León beca el proyecto de Sarah Rasines, que contempla un espacio para generar, compartir y difundir

Sarah Rasines, en una imagen de archivo. - Foto: Jesús J. Matías

El arte también va a La Oficina. O, por lo menos, ese es el empeño de la creadora y gestora cultural burgalesa Sarah Rasines (Sara Díez Rasines) con este proyecto que ha recibido una de las nueve becas que concede la Fundación Castilla y León, una por cada provincia y con una dotación de 12.000 euros. 

Con La Oficina, la artífice de esta idea buscará conformar un espacio de arte que trabaje de forma autónoma, sostenible y genere conocimiento. Para conseguirlo desarrollará una serie de actividades en torno al hecho artístico y también ejercerá la función de gestora cultural, recibiendo propuestas creativas e invitando a proponer a otros colegas. El resultado será un archivo con documentos en diferentes formatos (texto, dibujo, vídeo…) que den cuenta de lo que se ha construido colaborativamente en La Oficina en, por lo menos, un año de vida.

Esos doce meses son el plazo que tienen los tocados con la varita mágica de esta convocatoria que va por su cuarta edición. Rasines, cuya propuesta ha sido elegida entre las 35 que llegaron desde Burgos, trabaja en el campo de la gestión cultural y en el mundo de la creación sonora. Uno de sus proyectos más conocidos es el sello discográfico Crystal Mine, nacido hace tres años, con la particularidad de editar trabajos en casetes y abrazar la filosofía anticopyright. El año pasado fue una de las invitadas en el She Makes Noise de Madrid, referente en la música electrónica y experimental. 

Junto a este trabajo, estas becas, orquestadas con el fin de «favorecer el talento y la creatividad de los artistas y creadores de Castilla y León en cualquiera de sus manifestaciones» y así potenciar el patrimonio artístico, financian otras ocho propuestas. 

Destacan las que ahondan en la memoria de la Comunidad como las del leonés Marcos Abella, con un ensayo a partir de la fotografías de un paisaje marcado por la despoblación; el palentino José Luis Viñas, que convertirá el abandonado cine Ideal en un museo efímero; el segoviano Víctor Correa, que tirará de tradiciones ancestrales; la soriana Ana Cristina Ortega, que abordará las últimas construcciones pastoriles de piedra seca; y el zamorano José María Esbec, con una mirada a los pueblos anegados por los pantanos. La lista se completa con Metasomoscopia, del vallisoletano Juan Carlos Quindós; Contrapoesía libre, de la abulense Violeta López; y Hoy no voy a hacer nada, del salmantino Víctor Rico.