El servicio de Epidemiología de la provincia notificó el martes 53 nuevos positivos en SARS-CoV-2, la cifra más baja para ese día de la semana desde finales de septiembre. Es un hecho relevante, porque no tiene matices; es decir, ese descenso de notificaciones no se explica porque la jornada previa fuera sábado, domingo o festivo, cuando siempre hay un infrarreporte de datos que da una apariencia irreal de caída. Esta circunstancia, de hecho, forma parte de un contexto general de disminución de la velocidad de transmisión del virus en todo Burgos, que la semana pasada declaró el menor número de nuevos contagios desde finales de agosto: 415. El retroceso de la tercera oleada ya es incontestable.
La tendencia de infecciones mantiene un descenso constante en Burgos y, tal y como era de esperar, la provincia siguió ayer a la capital y salió por fin del nivel que determina de manera oficial el riesgo extremo de transmisión del virus. La incidencia acumulada de nuevas infecciones es inferior a 250 por cada 100.000 personas en 14 días (234, 8 en general y 225 en la ciudad), por lo que está dentro de los umbrales epidemiológicos que determinan una alerta 3 en lugar de la 4, que sigue siendo la vigente en toda la Comunidad. Y eso que solo Soria, León y Palencia tienen tasas de contagios propias de ese nivel, de alerta máxima.
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