Las residencias de ancianos de la Junta en Fuentes Blancas y en Miranda perdieron ayer a dos enfermeras con plaza fija, dado que tuvieron que renunciar al puesto por una cuestión burocrática: la Gerencia Regional de Servicios Sociales no permite lo que la Gerencia Regional de Salud (Sacyl) sí. Una situación que las profesionales han denunciado -sin éxito- ante distintas instancias e incluso ante el Procurador del Común (el Defensor del Pueblo en Castilla y León).

El problema radica en que estas enfermeras aprobaron la oposición convocada en 2019 para cubrir vacantes en las residencias de ancianos de la Junta -algo necesario, dado que arrastran numerosos problemas de personal por el exceso de interinidades- y la fecha de incorporación al puesto, ayer, se ha solapado en el tiempo con la especialización en Enfermería Familiar y Comunitaria que están realizando en Sacyl. Esta especialización es similar al MIR de Medicina, pero dura la mitad de tiempo (dos años en lugar de cuatro). 

Y, por ese motivo, las enfermeras en esta situación (al menos seis en toda la Comunidad, de las cuales cuatro en Burgos) solicitaron a la Gerencia de Servicios Sociales una prórroga que les permitiera incorporarse al puesto de trabajo una vez finalizada la especialización. 

Es algo que, sin embargo, el convenio para el personal laboral de la Junta -por el que se rigen las residencias- no contempla y Servicios Sociales ha rechazado esta petición que, sin embargo, es viable en Sacyl.

Así lo denuncian las profesionales afectadas, que ayer tuvieron que elegir entre renunciar al puesto de trabajo (dos de ellas, en Burgos) o renunciar a la especialización después de haber hecho el examen EIR (dos de ellas, en Burgos). Las otras dos afectadas, en otras provincias, también renunciaron a la plaza.