Mientras la familia de Florin T.I., uno de los dos fallecidos el pasado lunes en la fábrica de Gonvarri tras precipitarse desde el tejado de uralita que estaban sustituyendo, sigue solicitando ayuda económica por redes sociales para poder costear la repatriación del cadáver a Rumanía, la empresa encargada de la obra, Abriga Norte, trabaja a marchas forzadas para que el seguro sea quien sufrague los costes. El problema, insisten fuentes de la mercantil, es que siguen sin contar con el certificado de heredero, paso fundamental para desbloquear el pago. Mientras, un primo de la otra víctima, H.E.M. de 42 años y origen marroquí, se hizo cargo del cuerpo después de tres días en el Instituto de Medicina Legal.
El caso de Florin está siendo el más conocido porque su familia se ha apresurado a utilizar las redes sociales para solicitar aportaciones económicas y así poder costear la repatriación del cuerpo. Si bien en un principio su madre aseguró que los costes presupuestados eran de unos 15.000 euros, la Funeraria San José ha aclarado que las cuantías por todos los servicios, incluido las tasas de flete aéreo y el embalsamamiento, no superan los 6.756.
«Hay que seguir ciertos pasos para que el seguro se pueda hacer cargo de los costes, no solo de este funeral, también el del otro empleado fallecido. Nosotros ingresaremos los dos finiquitos. Pero hasta que no se resuelva todo ese papeleo no podemos hacer mucho más. No es que hayamos dejado de dar señales de vida, como dice parte de la familia, sino que estamos bloqueados hasta conseguir el certificado de herederos», se defienden desde Abriga Norte en declaraciones a DB. Por su parte, Gonvarri emitió ayer un comunicado ofreciendo todo su apoyo a las familias de los dos fallecidos y aseguraron que están trabajando junto a la empresa contratista para esclarecer la causa que provocó «tan triste y lamentable accidente».
Desde la subcontrata sostienen que, desde que ocurrió la tragedia, están colaborando con las autoridades para esclarecer lo ocurrido en las instalaciones del Polígono Burgos-Este, donde llevaban trabajando cerca de cinco años. «Tenemos un plan de seguridad aprobado tanto por la Junta de Castilla y León como por el Ayuntamiento de Burgos. Somos los principales interesados en saber qué ocurrió», insisten.
Las fuentes de Abriga Norte reconocen que hace aproximadamente dos años otro trabajador sufrió un accidente parecido pero todo quedó en un susto. Según parece, se precipitó del tejado cuando realizaba labores similares pero, esta vez sí, funcionó la red de seguridad colocada debajo de la cubierta.
Será la Inspección de Trabajo del Ministerio la encargada de dirimir, en caso de haberlas, las posibles responsabilidades administrativas o incluso penales una vez reciba el informe realizado por los técnicos del Servicio de Seguridad y Salud que se están encargando del caso.