¿Brutalismo en Burgos?

H.J.
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El brutalismo, estilo arquitectónico antes denostado y ahora de moda entre los nostálgicos, tiene escasos ejemplos puros en la capital burgalesa pero sí unos cuantos edificios inspirados en esta corriente donde predomina el hormigón

¿Brutalismo en Burgos? - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Su estilo es tan gris, geométrico y repetitivo que resulta duro a primera vista. De una sencillez engañosa, llegan a resultar ásperos y dejan al espectador tan frío como su apariencia. Pero muchos años después de su creación, y gracias a quienes abogan por su puesta en valor, los edificios brutalistas se han vuelto a poner de moda.

El estilo arquitectónico de los años 60 y 70 del siglo XX, que tomó su nombre del francés béton brut, el hormigón crudo, ha resurgido de las cenizas. Cuenta con su propia etiqueta conservacionista en redes sociales (#SOSBrutalism) y ofrece en Burgos ejemplos interesantes.

No todos son ‘puros’, pues el desarrollo de la ciudad moderna al calor del polo industrial acaeció con cierto retraso, pero su inspiración es evidente en varios casos. Lo explica Arturo González, secretario del Colegio de Arquitectos: «A Burgos las cosas llegaron a medias, con timidez y tarde, no tenemos ejemplos paradigmáticos pero sí que hay algunos detalles interesantes».

Los más evidentes son dos centros educativos: el Centro de Formación Profesional del Ecyl (el antiguo PPO) y el María Madre, ambos en el polígono docente. Por sus aulas han pasado miles de estudiantes y muy pocos habrán sabido valorar el edificio, pero el PPO es una obra de Álvaro Hernández Gómez erigida en 1974 en la que «cabe reseñar la robusta materialidad del edificio, dominada por la presencia del hormigón», según explicaba ya hace un par de años y en estas mismas páginas el arquitecto Enrique Jerez.

(Más información y fotos de varios ejemplos, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)