Médicos de la UCI harán sedaciones para aliviar a Anestesia

G.G.U.
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La dirección consigue vencer la "histórica" negativa de los anestesistas a que los intensivistas intervengan en algunos casos para poder optimizar así a la plantilla, que sigue con déficit a pesar de que contará con dos profesionales más

Anestesia seguirá con déficit, aun con los nuevos profesionales contratados. - Foto: Valdivielso

El gerente del HUBU, José María Romo, anunció que se "ha logrado un acuerdo que históricamente había sido imposible" para que los intensivistas (UCI) puedan "entrar" en algunas sedaciones de pacientes y así poder optimizar más al equipo de anestesistas, que sigue con un déficit importante a pesar de la incorporación de dos especialistas más. Es previsible que a estas nuevas contrataciones se sume una tercera, pero ni siquiera así se conseguirá completar la plantilla autorizada por Sacyl sobre el papel: deberían ser 36 (según datos oficiales) y seguirán faltando dos.

Anestesiología y Reanimación es un servicio nuclear para todo hospital, y no solo porque sean especialistas imprescindibles en los quirófanos, sino porque cada vez hay más técnicas y pruebas diagnósticas que requieren de estos profesionales porque conllevan sedaciones u otra forma de control del dolor. Eso significa que la agenda de este servicio ha ido añadiendo procesos, mientras que en lo relativo a efectivos sucedía lo contrario: en todo 2019 hubo una merma continuada. 

Esa realidad tuvo consecuencias inevitables en la lista de espera quirúrgica que, a fecha del pasado 31 de diciembre (últimos datos oficiales publicados), sumaba 4.522 personas pendientes de operación; es decir, 1.627 más que el año anterior en las mismas fechas y una demora media también duplicada: si a finales de 2018 se esperaba 61 días de media, a finales del pasado diciembre la espera media sumaba 137 días (más de cuatro meses).

Ante semejantes cifras, el equipo de Romo (que se puso al frente del HUBU a finales de septiembre de 2019) ha hecho de la reducción de la lista de espera un objetivo prioritario, y de ahí que volviera a poner sobre la mesa un asunto que dista mucho de ser nuevo: la posibilidad de que los médicos de la UCI participen y/o asuman determinadas sedaciones. Romo recalcaba ayer que los intensivistas "tienen competencia profesional reconocida y destreza, pero hasta ahora ahí había habido una negativa cerrada [de Anestesiología] y ahora ya no". 

Así, considera que este acuerdo permitirá "sacar más partido a la plantilla de anestesistas" y hacer "más eficiente y eficaz el uso de sedaciones", liberando a los anestesistas de algunos procedimientos asumibles por intensivistas y dedicando a los especialistas en Anestesiología y Reanimación a otros procesos; presumiblemente a cirugías que aligeren la lista de espera.
Esta sinergia entre servicios no es nueva -se aplica en otros hospitales de la región- pero siempre ha generado polémica. Las más de las veces, porque se ha visto como una intromisión en el campo profesional de los anestesistas, y de ahí su oposición, hasta ahora frontal.

Sin protocolo. Con el relevo en la gerencia del HUBU volvió a considerarse esta posibilidad y se organizaron diversas reuniones para avanzar sobre el tema. En principio, se planteó como último recurso ante situaciones más bien excepcionales; es decir, en casos en los que se constatara que la plantilla de Anestesia no es suficiente para cubrir la actividad programada, se puede contar con intensivistas. 

Los médicos de la UCI están formados y habituados a sedar a pacientes agudos, por lo que también pueden hacerse cargo de los leves. Están dispuestos a hacerlo en caso de que haya necesidad y así lo han hecho saber, pero siempre con unas directrices claras: un protocolo en el que se especificara en qué supuestos se les puede pedir colaboración para atender a unos pacientes que, en realidad, no son de su competencia y a los que luego ha de supervisar un anestesista.

Según diversas fuentes, de esta última parte todavía no se ha hablado, por lo que a corto plazo no sería posible que se produjera esa colaboración entre servicios. Una sinergia que la gerencia ya ha buscado entre Medicina Interna y Digestivo y que ha conllevado la dimisión de la jefa de los internistas.