Briviesca recupera parte de su comercio con 12 negocios

S.F.L.
-

El sector de los cuidados personales crece en la ciudad con la apertura de 4 locales de peluquería y estética pero el hostelero, el textil y el de aventura acusan los efectos de la crisis y acaparan las clausuras

Esther Nails. - Foto: S.F.L.

La pandemia no solo ha dejado aspectos negativos en la capital burebana, al llevarse por delante a seis negocios. Lejos de desanimar a los más emprendedores, impulsó a que doce comercios -cuatro de ellos ligados al cuidado personal- hayan subido la persiana durante los últimos veinte meses.  En la mayoría de los casos se trata de proyectos que no se habían pensado iniciar antes de que el covid aterrizase, sino que los empresarios lo han apostado todo conscientes de los riesgos existentes. En líneas generales, el sector de cuidado personal en Briviesca registra un desarrollo positivo y en apenas cuatro meses, dos peluqueras y una manicurista han iniciado su actividad.

Cristina tuvo a su bebé en pleno confinamiento y tras un año dedicándose exclusivamente a la familia sintió la necesidad de trabajar fuera del hogar. En julio abrió su peluquería y salón de belleza en pleno centro de la ciudad y no puede sentirse más orgullosa. Así de emocionada se encuentra Laura, propietaria de la nueva peluquería Bambú, que asegura que el trabajo «no falla ningún día». Esther Nails,  la peluquería de caballeros Jesús Sendino, la tienda de ropa Susi Style, el bar El Farol, la frutería de la Plaza Mayor, la cafetería-pastelería Sarralde, el Hotel Isabel, AgroGiménez Briviesca, la empresa de márketing digital Alcance Creativo y la de limpieza 100% Limpio completan el listado de las nuevos negocios en la ciudad.

Una buena racha que no pretende terminar aquí ya que desde la Cámara de Comercio del municipio manifiestan que «otros emprendedores darán el paso de trabajar por su cuenta, aunque por el momento no disponemos del permiso para adelantar más información», declaran fuentes de la institución.

Frutería San Roque.Frutería San Roque. - Foto: S.F.L.

Los vecinos se alegran de que la gente se anime a probar suerte en la ciudad. «Yo desde que llegó la pandemia apenas salgo a comprar fuera de Briviesca y da gusto poder conseguir casi cualquier producto que necesite», declara Pilar. «Hemos pasado de tener pocas opciones para cuidarnos las uñas y ahora han abierto dos locales en la misma calle», expone Marta impresionada. «Podríamos tener más servicios pero no vamos a quejarnos, hay alternativas de todo tipo y la verdad que aquí se vive muy a gusto y tampoco nos faltan tantas cosas», añade Rafa.

Pero la pandemia también ha empujado al cierre de locales por la vía rápida y seis empresarios vieron como su trabajo quedó tan resentido como consecuencia de las restricciones que no pudieron continuar. Es el caso de S Sport o Chardi, dos tiendas de venta de ropa deportiva y más arreglada cuyos propietarios se han jubilado y no han conseguido que nadie se interese finalmente por mantener los negocios. Asimismo, dos bares -Deja Vu y el Cheers- también se vieron obligado a cerrar. El primero de ellos por petición municipal y el segundo arrastrado por la crisis.

NLZ Estilismo lo intentó pero no superó los obstáculos provocados por el virus, al igual que la empresa Ocio&Aventura, que además de ofrecer unas instalaciones para practicar deportes de aventura (escalada o tiro con arco), organizaba fiestas de cumpleaños y campamentos para los más pequeños.
Esther Nails

Peluquería Bambú.Peluquería Bambú. - Foto: DB

Nunca antes tener las uñas perfectas fue tan fácil en Briviesca. Con apenas un mes de diferencia,  Esther abrió un negocio de manicura en la misma calle que Cristina, algo que no supuso un obstáculo para ninguna de las dos pese a dedicarse a lo mismo. En el caso de la cartaginense la apertura de su local solo la ha traído ilusión por seguir dando lo mejor de ella misma. «La clientela se incrementa por semanas y cantidad de gente de otros pueblos viene a mi tienda a que les haga la manicura, pedicura o depilación», explica.  

El cierre de otro establecimiento que se dedicaba a lo mismo resultó ser el empujón que necesitaba para lanzarse 'al vacío' sin mirar hacia abajo y por el momento, no se arrepiente de su decisión.

Respecto a su labor, Esther manifiesta que ejecuta unos diseños de uñas muy sofisticados y que es capaz de realizar prácticamente todo tipo de dibujos con sus esmaltes. El hecho de que el tienda se ubique en la céntrica calle Justo Cantón Salazar ayuda a que la gente que desconocía su existencia se anime a entrar. 

Frutería San Roque

Uno de los locales de siempre de Briviesca retomó la actividad después de una temporada de parón. La frutería de la esquina de la Plaza Mayor vuelve a mostrarse rebosante con las mejores frutas, hortalizas y verduras de la temporada. De la gestión se ocupa un hombre argelino pero es Milena la que desde ayer se encargará de atender a los clientes. A pesar de llevar únicamente un día detrás del mostrador, la dependienta  se mantuvo toda la jornada sin parar de atender y ordenar el género. «Es mi primer día de trabajo y he vendido muy bien», declara con timidez. En la frutería San Roque uno puede comprar además bacalao, algún producto gastronómico árabe, snacks y chucherías de lunes a sábado.

Una clienta que se ha acercado al local a comprar unas nueces comparte que «es maravilloso que abran negocios con un género tan fresco y tanta variedad». Con esta apertura, la esquina de la Plaza vuelve a tener el ambiente de hace unos años con las cafeterías, la carnicería y de nuevo la frutería de toda la vida.

Peluquería Bambú

Los inicios fueron igual de potentes que el trabajo a día de hoy y por ello Laura tuvo que contratar a otras dos personas para gestionar la peluquería Bambú, el sueño de su vida, que pudo hacerlo realidad en una de las  épocas más complicadas para aventurarse en un nuevo negocio. Solo le han hecho falta tres meses para lograr hacerse con un importante listado de clientela, de los que la gran mayoría no temen al contacto tan directo con las profesionales. «Respetamos todas las medidas y no hay que tener miedo», declara. Perdió su anterior empleo y a pesar de que sintió vértigo al embarcarse en esta aventura los resultados tan positivos la hacen «muy feliz».

Se distingue del resto de locales de su sector en que es la única que posee una gama de productos bio en toda la ciudad, que ayudan a que los tratamientos capilares resulten menos agresivos para los clientes. En este tiempo Laura se ha sentido una briviescana más gracias al apoyo y la buena respuesta de los vecinos al acudir a su salón. Procede de Rumanía pero lleva ya muchísimos años residiendo en la capital burebana.