Con la vista puesta en 2023

Agencias
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Sánchez cumple la mitad de su mandato convencido de que la coalición con Podemos aguantará hasta las generales

El presidente ha presumido del trabajo de su Gobierno y considera que España ya está en el camino de la recuperación. - Foto: Eduardo Parra Europa Press

Dos años después de la cita con las urnas del 10 de noviembre de 2019 y tras dejar atrás dos estados de alarma, España está recobrando  poco a poco la normalidad que le arrebató la pandemia de coronavirus. Mientras, en Moncloa, Pedro Sánchez, acostumbrado a resistir -no hay que olvidar que su biografía autorizada lleva por título Manual de Resistencia-, se ha puesto como objetivo principal en el corto, medio y largo plazo precisamente eso, resistir. Se trata de llegar a 2023 como presidente, capeando para ello las habituales crisis en el seno de su Gobierno. Un Ejecutivo que llega hoy al ecuador de la legislatura en plena negociación para sacar adelante unos nuevos Presupuestos, el proyecto sobre el que pivota la supervivencia de la coalición entre PSOE y Podemos que salió de aquellas elecciones.

A pesar de los roces entre los socios, el pacto ha sobrevivido y, según afirman fuentes de Moncloa, Sánchez no tiene duda de que seguirá en vigor hasta que convoque unos nuevos comicios. Lo hará, afirma el propio presidente siempre que puede, cuando toca, es decir, a finales de 2023.

En el tiempo que resta hasta entonces, el Gobierno espera que los ciudadanos «constaten los beneficios de las medidas sociales» que ha ido aprobando, y que «perciban nítidamente» que se está logrando lo que se ha convertido ya en el lema de la actual etapa de gestión: una «recuperación justa». El optimismo es una de las señas de identidad del Gabinete en los últimos meses.

La apreciación generalizada en Moncloa es que parece que han pasado más de dos años, que la pandemia ha provocado esa percepción temporal y que, aunque ha robado meses de gestión, ha dado pie a medidas que han evidenciado las señas de identidad del Ejecutivo. Los ERTE (una herramienta que se pudo utilizar masivamente gracias a la reforma laboral del PP que ahora quiere derogar el Gabinete), las decisiones en apoyo de los más vulnerables ante la crisis, la puesta en marcha del Ingreso Mínimo Vital, la subida del Salario Mínimo... consideran que son ejemplos de esas medidas que van a ayudar a una recuperación protagonizada también por los fondos europeos.

Confían en Moncloa que ese despegue del país, que se notará también en el auge de las cifras de empleo, permita dar un giro a las encuestas que vaticinan un escenario con el PP al alza.

 

Relación con otras fuerzas

Con Pablo Iglesias ya como parte del pasado del Gobierno de coalición, no hay duda en el lado socialista de que la vicepresidenta Yolanda Díaz va a seguir intentando capitalizar iniciativas «de relumbrón» y les va a culpar de resistirse a ir más allá en algunas de ellas. «Pero eso está asumido», aseguran desde Ferraz antes de recordar que hasta ahora todos los roces se han ido puliendo. No obstante, reconocen que conforme se acerquen las elecciones «el camino puede ser más tortuoso, pero se recorrerá hasta el final».

Papel destacado para la supervivencia del Ejecutivo tendrán igualmente los nuevos Presupuestos, que, en medio de las dudas sobre el cumplimiento de las previsiones económicas, están en tramitación parlamentaria y para los que esperan de nuevo el apoyo de formaciones como el PNV y ERC.

La interlocución con Esquerra se vio allanada por una de las decisiones más arriesgadas de Sánchez en esta mitad de legislatura: el indulto a los líderes independentistas del procés. Una decisión que no convenció a la opinión pública, como aseguraron las encuestas, pero que ha permitido al socialista abrir un nuevo tiempo de diálogo con la Generalitat. 

Una de las tareas pendientes de Moncloa es la renovación del Consejo General del Poder Judicial que se mantiene desde hace tres años en funciones por la falta de acuerdo con el PP. Y es que las relaciones con los populares se han ido deteriorando en estos dos años, especialmente entre Sánchez y Casado que apenas tienen trato.