Si decimos que noviembre es, normalmente, un mes lluvioso, no descubrimos el Santo Grial. El undécimo mes del año, a camino entre el otoño y el fío invierno burgalés, se ha caracterizado siempre por ser una época de inestabilidad, con multitud de borrascas que hacen que apenas se acuerde uno de que el sol existe. Sin embargo, este 2019, la tradición se está convirtiendo en costumbre, tanto que se está a punto de igualar un récord en cuanto al registro de precipitaciones se refiere. En lo que llevamos de noviembre, la estación climática que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) tiene en el aeropuerto de Villafría ha registrado -hasta ayer viernes- un total de 21 días con precipitaciones «significativas», es decir, de más de 1 litro por metro cuadrado.
En total se han contabilizado más de 93,2 litros, a la espera de cerrar los datos del mes dentro de unos días. Termine como termine, desde la Aemet confirman que pasará a los libros como un periodo «muy lluvioso», y prueba de ello es que se está a únicamente a un día más con precipitaciones -hoy- de igualar la marca de 22 jornadas con lluvia, que se alcanzó por partida doble en 2014 y el año pasado. Cabía la posibilidad de superar el récord, pero la ausencia de lluvias y lo despejado del cielo con el que amanecimos ayer disipó todas las opciones, y ahora solo cabe la esperanza de igualarlo.
La media de días con registros de precipitaciones en noviembre en Burgos, durante el treintenio de 1981 a 2010, es de 13. Además, las acumulaciones de agua se suelen situar este mes entre los 48 y los 64 litros por metro cuadrado, por lo que los citados 93,2 que llevamos en el presente suponen un incremento del 135% sobre el valor máximo medio. El mayor registro de lluvias durante noviembre se remonta al año 1967, cuando cayeron sobre la capital burgalesa 178,2 litros por metro cuadrado, aunque fue en menos de los citados 22 dias.La segunda marca histórica se registró en 1197, hace 22 años, con 151,5 litros por metro cuadrado, mientras que en 2014, cuando se alcanzó por primera vez la cifra de 22 días con precipitaciones, fueron 115,3 litros por metro cuadrado.
UN VERANO TAMBIÉN HÚMEDO
El verano burgalés concluyó como una estación relativamente húmeda, debido en parte a los cerca de 100,8 litros por metro cuadrado que cayeron en el mes de julio. Parte de ‘culpa’ de ese calificativo lo tuvo la copiosa tormenta del 3 de julio a primera hora de la tarde, que dejó hasta 32 litros en la capital. Además, los aguaceros que le acompañaron durante las siguientes semanas elevaron la cifra hasta el centenar, cuando la media está fijada en los 23. Las previsiones para el otoño hablaban de una estación seca, pero los registros que no está dejando este mes hablan de todo lo contrario.Habrá que ver cómo se comporta el clima durante diciembre, enero, febrero y marzo, cuando llegará la primavera (del 20 de marzo de 2020 al sábado 20 de junio de 2020).