Martín García Barbadillo

Plaza Mayor

Martín García Barbadillo


Esta película ya la he visto

11/10/2021

Según contaba este diario la pasada semana, el vicealcalde de Burgos, Vicente Marañón, ha desempolvado su idea de dotar a esta capital con baldosas exclusivas que se identifiquen con la ciudad como sucede con esas tan famosas de Barcelona que emulan una flor, o las que también existen en Bilbao o Lisboa. Al parecer, la brigada encargada del pavimento tiene que hacer un pedido gordo y se ha aprovechado la circunstancia para retomar la propuesta.

El mismo vicealcalde presentó hace un tiempo la famosa iniciativa para remodelar las orillas del Arlanzón, denominada «Burgos Río», a imitación del conocido proyecto madrileño. En un principio, esa idea incluía una noria gigante panorámica, a semejanza, aunque imagino menor escala, que el London Eye de la capital británica. Pero Marañón no es el único en el consistorio que toma nota de lo que hay por ahí; otro grupo municipal propuso hace un tiempo la instalación de unas letras gigantes con la palabra «Burgos» en la explanada del MEH, como las que hay, entre otras decenas de ciudades, en Gijón.

Está bien que los organismos públicos se meneen y promuevan acciones, otra cosa es el enfoque que adoptan. En un mundo en el que las ciudades ya tienden a ser todas iguales entre sí (mismas tiendas, idénticos restaurantes y bares...), copietear lo que existe en otros sitios, cogiendo un poco de acá y otro poco de allí, y juntarlo todo para ver qué pasa es una opción; pero hay otras. Frente a crear un pastiche repetitivo y sin personalidad (la misma película que en todas partes) se puede intentar tener ideas propias; arriesgarse, probar y tal vez acertar. Hay ejemplos a montones: Pamplona, alucine, tiene un festival de ¡flamenco! superpotente; Málaga cuenta con una muestra de cine de categoría y se reinventó como ciudad de museos; Vigo lo apostó todo a las luces navideñas...

Pero, cuidado, no se trata de hacer lo mismo que estas ciudades, no sea que nos planten ahora la noria gigante con luces de Navidad y una bailaora encima, sino de ser un poquito más ambiciosos con las ideas. No vayan a pensar que somos unos cosmopaletos que se dejan deslumbrar por los primeros farolillos con los que se topan.

Salud y alegría.

ARCHIVADO EN: Burgos, Vicente Marañón