Un torbellino de color para recordar a 'La Faraona'

Pilar Martín (EFE)
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El dibujante Sete González recupera la figura de la folclórica en una biografía ilustrada con el objetivo de que los más jóvenes no olviden a una personalidad que forma parte de la Historia del país

Un torbellino de color para recordar a ‘La Faraona’

La vida de la folclórica Lola Flores siempre tiene una vuelta de tuerca más. El poderío que derrochó  sobre el escenario -y fuera de ellos también- es digno de recuerdo y de reinterpretación, ya sea desde nuevos datos -si es que hay alguno que no se haya contado ya- desde la música, o, como es el caso, desde el dibujo, arte al que también llega la furia de La Faraona.

Por la sangre del dibujante madrileño Sete González corre sangre flamenca a raudales, así que después de enfrentarse a la biografía de su «Dios», Camarón de la Isla, ahora se mete de lleno en la de la «bestia parda» Lola Flores con el objetivo de «renovarla» para que no se olvide quien fue.

Con la ayuda de la familia Flores, y la biografía sobre la artista hecha por el periodista Tico Medina, González (1976) se ha enfrentado en Lola Flores. El arte de vivir (Lunwerg) a la que considera una de las «columnas del flamenco», junto a Camarón, Paco de Lucía y Enrique Morente, cuenta con motivo de la publicación mañana de esta obra.

«Yo he crecido con Lola Flores, quién no ha flipado con ella», se pregunta el madrileño mientras se enciende un cigarrillo desde esa casa a las afueras de Madrid donde se ha mudado para plantar árboles y hacer crecer geranios.

Aunque «como flamenco» no escuchaba a Lola Flores, sí que en su imaginario tenía claro el poder de esta «bestia parda», así que tras muchas conversaciones con Lolita Flores, y la lectura de la biografía Lola en carne viva la artista jerezana empezó a correr por su mente y sus manos.

«Y me acojoné un poco, tenía que hacer un libro gordito porque Lola vivió el doble de Camarón -dice-. Pero me metí y mi mente empezó a flipar porque había mucho que contar, cosas que todo el mundo sabía porque de Lola Flores está todo ahí; ella ha sido la reina de papel cuché y todos sabemos cosas», reflexiona el autor.

Pero pese a que no cuenta «nada nuevo» la biografía ilustrada es un disfrute visual y un texto necesario que Sete González ha hecho suyo, sobre todo, con el objetivo puesto en los jóvenes, según reivindica, porque Lola es parte de la historia de este país.

«No es una biografía al uso, no es un libro biográfico, esto es una manera de intentar renovarla, por eso sale una Lola más fresca y más moderna», apunta.

Estructurado en capítulos de su vida que van desde su infancia en Jerez (Cádiz), hasta sus actuaciones en los grandes tablaos y escenarios, sus apariciones en la televisión y sus amores, Lola Flores. El arte de vivir no entra en las «sombras».

Fue desde el principio algo que el autor tenía claro: «Hablaba con Lolita y le comentaba los capítulos, lo que quería hacer. Y le dije que estuviera tranquila, porque ellos con su madre son muy comedidos y hay que ir con pies de plomo. Le dije que no se trataba de arrojar sombras, sino de ensalzar la figura de su madre», recuerda.

Por eso a González no le ha «interesado» ni su conflicto con Hacienda, ni su «amante el Junco», ni el «pacto que podía tener con su marido». «Me importa Lola Flores, las 38 películas y la bestia parda que es», destaca.

«La frase que dijo Lola Flores cuando tuvo el problema con Hacienda hoy sería como pedir un crowfunding», ironiza, pero como ella sufrió tanto no me interesaba, y así se lo dije a Lolita. Hay tanto que contar que esas cosas me dan igual, es parte de ella, pero se pueden decir las cosas sin contarlas».

Respecto a la parte artística, en las ilustraciones de González está ese alma salvaje de La Faraona, aunque con sus dibujos ha conseguido llevarla a su terreno y convertirla en un «personaje».

«Hasta que di con la Lola que quería he hecho muchas Lolas, pero a final ella salió sola», dice acerca de esa imagen psicodélica y setentera, de grandes ojos rasgados y boca carnosa que le ha dado a la jerezana. «Era una tía que tenía una pose muy dura, siempre apretaba mucho los labios. Raro es la vez que la veas sonriendo. Tenía mucha presencia y actitud. Y eso es en lo que más he hecho hincapié porque es muy fuerte su mirada», describe.

 

Hasta en camisetas

Como final del libro, González ha recopilado las «frases célebres» de este torbellino de colores, una página en la que se puede recordar esas expresiones que vuelven a ser el reclamo de algunas firmas de moda para imprimir en sus camisetas.

Frases como «Si me queréis, irse» o la cientos de miles de veces repetida: «Y cómo me las maravillaría yo» forman parte de este compendio que más de uno tendrá en la memoria.