Los casos declarados de paperas se disparan hasta los 270

G.G.U.
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Es el doble que en todo el año pasado. Sanidad atribuye este incremento a que la vacuna, que también protege frente a la rubéola y el sarampión, no es «tan eficaz» ante esta infección. La mayoría son en personas adultas

La primera dosis de la vacuna contra las paperas se pone al año y la segunda, menos frecuente, a los 3 años. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Hace años que los servicios de Epidemiología de la Junta detectaron que las infecciones por el virus de la parotiditis aumentaban, pero ahora constatan que se han disparado. Al menos así lo evidencian los datos de Burgos, donde entre enero y finales de agosto se han notificado ya el doble de casos de paperas que en todo 2019: 270 frente a 136. Y la desproporción es aún mayor si se retrocede en el tiempo: 114 casos en 2018, 31 en 2017, 56 en 2016, 29 en 2015... La tendencia alcista es más que obvia, pero no lo es tanto la causa. «No hay explicación concreta», señalan fuentes del servicio territorial de Sanidad, matizando que, en todo caso, podría atribuirse a que la vacuna, común para paperas, sarampión y rubéola, «no tiene tanta eficacia» en la prevención de la infección por este virus concreto. «Lo bueno es que, en general, no tiene grandes consecuencias», añadieron.
Las paperas son, como la covid-19, una enfermedad de declaración obligatoria y urgente. Se caracterizan por la inflamación, casi siempre dolorosa, de la parótida u otras glándulas salivares y, según información oficial de Sacyl, puede darse en un lado de la cara o en los dos. Aunque suele ser una enfermedad típica de la infancia y leve, hay más riesgo de complicaciones si la infección se produce en la edad adulta, como ocurre ahora (entre 15 y 24 años). Las más frecuentes son la inflamación de los testículos o los ovarios, del páncreas, pero también en el cerebro, lo cual puede provocar meningitis.

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