El Reino Unido se ha ido de la UE porque en gran parte no aceptaba las reglas de Bruselas. El partido conservador y lo más rancio de la campiña inglesa quieren ser británicos sin injerencias, sin vientos del Continente europeo. Claro que no se sabe hasta cuándo. Hasta el clima cambia.
Se está viendo en Polonia, el segundo de la fila dispuesto a marchar. Esto es un error de apreciación. Polonia tiene motivos y voluntad sobrada para no emprender el viaje. La confusión viene del hecho de que Polonia no está feliz con el trato de Bruselas, tampoco. Pero se queda y dando guerra porque sus circunstancias son distintas a las del Reino Unido.
Las circunstancias históricas y geográficas hacen de Polonia un país duro y valiente, fraguado por encima de lo imaginable. Juan Pablo II es buen testimonio del ser polaco. Un país situado históricamente entre dos grandes, Rusia y Alemania, ha conseguido sobrevivir gracias a su resistencia. Incluso llega a desaparecer como Estado en 1795. Por eso dice su primer ministro que ha aprendido a rechazar todo amago de dominación, de imperialismo, incluso de exterminio. Ahora considera en peligro su régimen constitucional. Pero la UE es su tabla de salvación y también su temor por la supervivencia. En esto tiene razón, pero no toda. Exagera.
El fondo de la polémica está en la forma de entender la construcción de la UE. Tanto Bruselas como Londres y Varsovia se han apartado de los modos marcados en la fundación de la UE. Como dijeron Schumann y Jean Monnet, Europa se hará paso a paso desde el Derecho. Así ha sido posible llegar a un europeo centrismo que inquieta a los grandes del momento, Rusia, América y China. Recordemos que el motor de la Unión Europea ha sido el principio de la unanimidad. Avanzar de consuno. Al ampliarse el número de miembros, hasta 28, es más difícil avanzar a la vez. No basta el principio de la primacía. Como está en juego el futuro de la UE no hay más remedio que revisar el modo de avanzar.
Es clara la necesidad de reflexión por encima de la imposición de sanciones. Hay indicios de que así será por ambas partes.