Urgencias aún recibe 20 casos diarios con sospecha de COVID

H.J.
-

Tanto el número absoluto como la gravedad mejoran desde el pico de la pandemia, pues ya se han registrado varias jornadas sin ningún ingreso en las últimas semanas

Ni las salidas para dar paseos ni el avance a la fase 1 han tenido incidencia en forma de repunte. - Foto: Luis López Araico

El servicio de Urgencias del Hospital Universitario de Burgos sigue atendiendo cada día alrededor de 20 casos diarios que llegan hasta sus puertas con sospecha de COVID-19. No todos ellos acaban siendo positivos y en algunos su sospecha es leve, pero siguen generando un goteo constante de visitas de pacientes con síntomas compatibles con el coronavirus que les hace alarmarse a ellos o a sus familiares.

Las autoridades sanitarias se han hartado de decirnos que la enfermedad sigue ahí fuera, que está presente entre nosotros y no se ha marchado, y aunque muchos se empeñan en comportarse como si todo hubiera pasado basta fijarse en los datos para comprobar que no es así.

Entre los días 18 de mayo (fecha en la que todo el territorio burgalés pasó al menos a una fase 0 aliviada, pues algunos municipios ya estaban en la 1) y el 25 el número de casos sospechosos en Urgencias varió entre los 18 y los 32, con 20, 23, 28 y 29 casos el resto de las jornadas. No hay descanso, por tanto, pero la evolución es mucho más favorable si la comparamos con los datos que llegaron a alcanzarse entre finales de marzo y primeros de abril.

Entonces, según explica el doctor Francisco Callado, jefe del servicio, se registraron avalanchas de hasta 87 casos diarios, con varios días por encima de los 80 y muchos más superando los 70. Ahora la última cifra llamativa, 47 casos, data del 11 de mayo. "Evidentemente ahora viene menos gente, la población está mejor controlada, todos más concienciados, los que empiezan con síntomas se ponen en cuarentena y por tanto baja mucho el nivel de contagio y se tienen que notar también las medidas de separación o el uso de mascarillas", apunta. La gráfica de análisis de las consecuencias de la pandemia que manejan en Urgencias recoge no solamente los casos sospechosos sino también los que acaban en ingresos.

Este dato también ha mejorado de forma notable, sin que se hayan notado ni las salidas de los niños primero ni los paseos generalizados después ni la apertura paulatina de los comercios (para analizar si las terrazas tienen consecuencias todavía habrá que esperar).

A lo largo de esta última quincena los responsables sanitarios han podido celebrar por fin que no se ha producido ningún internamiento por COVID, algo que ya ha ocurrido en varias ocasiones, con ligeros repuntes de 2 o 3 casos intercalados. Nada que ver con los 44 ingresos que se vivieron a finales de marzo o con los 25 que se alcanzaron o rozaron en diversas jornadas durante la primera mitad de abril.

Callado no es capaz de asegurar si ahora la pandemia "es menos virulenta", como ya han defendido públicamente otros expertos en medios nacionales e internacionales, pero sí explica que "vienen pacientes menos graves porque probablemente los más frágiles o susceptibles han muerto y los jóvenes en general están mucho mejor preparados" para combatir las consecuencias del SARS.

Además, destaca que los tratamientos contra el coronavirus "se empiezan a aplicar antes y conocemos cuáles funcionan mejor", mientras que la realización de pruebas PCR permite controlar y aislar mejor a quienes tienen síntomas.

Carpa en retirada. En total, desde el 13 de marzo, cuando comenzó a elaborarse esta estadística, y hasta el día 26 de mayo habían pasado por las Urgencias del HUBU 2.713 casos con sospechas del COVID, de los cuales acabaron en ingresos 990. A ellos habría que sumarles 928 que fueron atendidos en la carpa instalada fuera del edificio y que recibieron el alta directa sin necesidad de tener que pasar al interior del edificio hospitalario porque su situación permitía, por ejemplo, pasar la enfermedad en el domicilio en el caso de los pacientes leves.

En esta carpa se ha visto a 1.335 personas desde el 2 de abril que comenzó a funcionar, con picos de casi medio centenar diario, pero en los últimos días su actividad ha bajado notablemente. Por eso, relata Callado, ha dejado de funcionar este fin de semana. "Los casos que nos llegan ahora son leves y no compensa tener personal dedicado expresamente a lo que se ha estado haciendo allí". Por si acaso hay rebrotes, pensando en el corto plazo pero también de cara al otoño o invierno, la estructura permanecerá instalada "al menos en parte", explica el jefe de Urgencias.