Al margen de altercados y molestias que obligan a movilizarse a las fuerzas policiales durante horas todos los fines de semana, los vecinos de La Flora y el entorno de Las Llanas llevan tiempo denunciando el incumplimiento general de las restricciones sanitarias. Solo hace falta darse un paseo desde las cinco hasta las nueve de la noche para comprobar que pocos respetan la distancia social, los grupos superan ampliamente el número permitido y las mascarillas están más tiempo en la mano que tapando bocas. Los bares tratan como pueden de frenar la avalancha de personal, básicamente para no dar motivos para un nuevo cierre de la hostelería, pero tampoco es que puedan hacer mucho. El Ayuntamiento ya está estudiando la posibilidad de regularizar los aforos de las zonas de copas.

En la reunión que mantuvo ayer la concejala de Seguridad Ciudadana, Blanca Carpintero, con los mandos de la Policía Local salió a colación esta preocupación. Cada vez existen más masificaciones en las calles del centro, principalmente de chavales que toman las tardes como cualquier noche de fiesta pre covid. En la Llana de afuera, la de dentro y en las estrechas esquinas que las conectan con las plazas de los Castaños y la Flora se forman riadas constantes de gente, con el peligro de incremento de contagios que eso conlleva. 

Carpintero encargó ayer a Protección Civil un informe que valore los aforos que se pueden alcanzar en las terrazas de la calle Fernán González, Huerto del Rey y demás lugares en los que se producen dichas masificaciones en aras de establecer un dispositivo de control de acceso y salida a toda la zona. «Es una de las opciones que tenemos encima de la mesa y que tenemos que analizar con calma a lo largo de esta semana», apuntó la edil. 

Por lo pronto, los mandos de la Policía Local ya han puesto a disposición de la ciudad a patrullas que se encargarían del control de aforos en las zonas de ocio (...).

(Más información, en la edición impresa de Diario de Burgos de este martes)