La construcción local tiene que buscar especialistas fuera

G. ARCE
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La plantilla del sector en Burgos envejece por la falta de renovación en los últimos años de crisis y los perfiles con experiencia escasean. Hay también problemas para llenar aulas de formación

La construcción local tiene que buscar fuera especialistas - Foto: Alberto Rodrigo

La década de crisis vivida en la construcción sigue pasando sus facturas pese a la evidente recuperación del sector en los últimos tiempos. En Burgos faltan trabajadores cualificados, las plantillas han envejecido extraordinariamente y, lo más preocupante, no hay un relevo generacional consistente que cubra las vacantes con solvencia. Hace diez años, los trabajadores del ladrillo menores de 34 años suponían el 42% del sector en Burgos; hoy apenas llegan al 19%. Es más, hay incluso dificultades para encontrar alumnos (incluso desempleados) para los cursos gratuitos de formación impulsados desde el Instituto de la Construcción de Castilla y León.

La Encuesta de Población Activa (EPA) dibuja la drástica evolución de la plantilla de este sector en la provincia. Se han pasado de los 21.000 ocupados a mediados de 2008 a los 12.700 que se registraron en la última EPAde 2019. Afortunadamente, en el periodo analizado se ha superado la cota mínima de los 7.700 trabajadores de mediados de 2014 y desde ese año la progresión ha sido creciente. De hecho, en 2019 se han visado proyectos para levantar 1.065 pisos, el dato más elevado de la última década, y las previsiones para los próximos meses son de una alta actividad.

Forzados por la crisis o atraídos por el empleo más cómodo de la industria, en esta década no solo muchos trabajadores cualificados han abandonado definitivamente el sector del ladrillo sino que los jóvenes no han visto atractivos económicos ni profesionales suficientes para incorporarse al mismo. Fruto de ello es que los mayores de 55 años proliferan en las obras, poco a poco van desapareciendo los perfiles con mayor experiencia y las constructoras se ven obligadas a recurrir a mano de obra de otras provincias e incluso del extranjero.

Las empresas locales de construcción y de reforma mantienen una plantilla fija mínima de supervivencia -muchas de carácter familiar- con la que es imposible cubrir  picos de trabajo como los actuales. En Burgos, advierten desde el sector, no hay disponibilidad de oficiales formados de menos de 35 años en ningún gremio de la construcción, desde palistas de movimiento de tierras, a los ferrallistas, encofradores, albañiles, electricistas, fontaneros, carpinteros o pintores... «Hablamos de buenos profesionales no de «‘ñapas’ para los que todo vale en los acabados y la calidad final del trabajo», matizan.

Ante una obra grande, hay que recurrir al colchón de las cuadrillas procedentes de otras provincias o países, un recurso habitual en los últimos años. En Burgos hay actualmente trabajando en las nuevas promociones de vivienda profesionales desplazados desde Palencia, Valladolid, León, Galicia, Ciudad Real, Badajoz o Portugal, entre otros muchos destinos.

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)