«A la gente le pido que sueñe, que piense en lo máximo»

ROBERTO MENA
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ENTREVISTA | El entrenador Julián Calero reconoce que uno de los secretos de la buena marcha del Burgos CF es la unión que existe en el vestuario

Julián Calero, entrenador del Burgos CF. - Foto: Valdivielso

(segunda parte de la entrevista con el entrenador del Burgos CF tras el primer extracto publicado ayer)

¿La unión que existe en el vestuario es uno de los secretos de este Burgos CF?
Sí. Tengo un grupo de jugadores muy comprometido, con muchas ganas de hacer cosas importantes y hemos generado una dinámica de grupo muy buena. Hay buen ambiente, pero no está reñido con trabajar mucho. Los veteranos están ayudando a los más jóvenes y esa fusión ha sido buena. Hemos encajado muy bien y luego hay una parte fundamental: el resultado lo refuerza o lo oscurece todo. En este caso hace que todo parezca más bonito. Si los resultados no hubieran llegado, todo el mundo sacaría pegas, incluido de nuestro trabajo.

Pero los resultados no llegaron en el inicio del curso y el grupo siguió creyendo.
Cuando vienen mal dadas tienes que contar con un buen grupo de jugadores, una piña y una unión. Luego tienes que tener un modelo en el que creas a muerte pase lo que pase. La idea la puedes adaptar, pero no la puedes cambiar, no debes dar volantazos. Tenemos una forma de jugar y podemos variar el sistema en función de las lesiones o de determinadas circunstancias, pero lo que tenemos muy claro es la idea de juego, cómo defender, cómo atacar… Todo eso lo hemos metido a fuego en el vestuario, no solo en los entrenamientos, sino en las sesiones de vídeo, en conversaciones con los futbolistas. El equipo cree.

¿Cómo se mantiene la armonía y ese frente común cuando hay jugadores que están teniendo menos oportunidades que otros?
Lo que quiere un futbolista es que le respeten, que no tiene nada que ver con jugar todos los domingos. El respeto es que te traten bien y que se comprenda las circunstancias en las que estás cuando no juegas, que te valoren a pesar de participar más o menos. Si no juegas, que comprenda el entrenador que estás fastidiado y que te siga cuidando. Aquí estamos cuidando a todos los futbolistas. Todos tienen su plan individual, su rato conmigo para poder conversar, porque intento hablar con todo el mundo y ser comprensivo con todas las situaciones, pero soy tremendamente exigente. El trabajo es sagrado y a partir de ahí puedo entender que estés descontento por jugar menos. Con ese cuidado a los jugadores hemos logrado que se sientan respetados, aunque luego el entrenador te pone o no. Lo bueno es que cuando juegan se dejan el alma y eso lo valoro muchísimo. 

¿El equipo ha tocado techo?
El equipo está bien, pero uno tiene que pensar que existe margen de mejora y que hay aspectos en los que se puede ir a más. En los últimos partidos hemos cometido errores en situaciones que no deberíamos haber fallado y que en el inicio de la temporada habían sido nuestra fortaleza como el no encajar, el juego aéreo… Creo que seguimos concediendo poco, pero estamos encajando más de lo que deberíamos. Por otro lado, hemos dado un vuelco a nivel ofensivo y hacemos más goles. La sensación es que el equipo va evolucionando y aún tiene un amplio margen de mejora.

¿Dónde ve a este Burgos CF a final de temporada?
La gente tiene que tener ilusión y pensar en grande. También nosotros tenemos que pensar en grande, pero con prudencia. Hay que tener cuidado con los mensajes que lanzas al entorno y últimamente lo hemos visto en otros entrenadores. A la gente le pido que sueñe, que piense en lo máximo, pero en mi círculo debo pedir prudencia porque sé que el peaje que hay que pagar es alto. La línea entre el éxito y el fracaso es muy delgada y puede ser una acción. En el fútbol siempre estás en el alambre haciendo equilibrismo. Es bonito que la gente esté ilusionada con el equipo, pero al grupo de trabajo y al club le reclamo prudencia, saber estar, ir marcando los tiempos… Ahora toca meternos en la Segunda B Pro matemáticamente, a partir de ahí hacer el máximo de puntos en la primera fase y luego ya atacaremos el segundo ciclo competitivo. Aún no sabemos los rivales, la diferencia de puntos que habrá… por lo que pensar en algo que aún no sé me distrae de la realidad. No obstante, lo que pienso es que el Burgos va a competir hasta el final por los objetivos. 

Aseguraba Claudio Medina el pasado jueves que solo la mala suerte puede evitar que este equipo sea aspirante a todo en esta temporada. ¿Hay que cruzar los dedos para que no lleguen imprevistos que mermen el potencial del grupo?
Hay que tener un poco de fortuna en ese aspecto. Que no se nos junten las lesiones, que no sean en la misma línea… Esta semana ha venido bien para recuperar jugadores y estar en disposición de atacar el tramo final con garantías de ser competitivos. Luego el fútbol es muy grande y depende de muy poco.

¿Llega el equipo como esperaba a este tramo final?
Esperaba que íbamos a llegar bien, aunque no sabía cómo estaríamos en la clasificación. Cuando empiezas a un equipo nuevo hasta que logras que todas las piezas del puzzle encajen cuesta un tiempo. Esperaba que la segunda vuelta fuera mejor que la primera. Confío en que llegar a los últimos partidos con las cosas muy claras nos dé un plus de competitividad. A partir de ahora tendremos rivales muy buenos enfrente, que están bien trabajados y que están haciendo buena temporada. Va a estar todo muy igualado, aunque el equipo llega en la dinámica que deseaba.

Los tropiezos han sido contra equipos de la zona baja, ¿eso quiere decir que el equipo compite mejor contra los oponentes más fuertes?
Eso nos da un poco de seguridad a la hora de afrontar ese tipo de encuentros. Hemos fallado en los partidos en los que los rivales nos jugaban de una determinada manera y nos ha costado más hacerles daño. Los enfrentamientos en los que ambos tenemos que ir a por la victoria se abren, son más bonitos y en ese escenario está compitiendo bien el equipo.

Palpa la ilusión que existe en la ciudad incluso en una campaña en la que la afición no ha podido estar cerca del equipo, ¿imagina cómo sería el ambiente sin pandemia?
Paseo por la ciudad o voy al supermercado y la gente incluso con la mascarilla me reconoce y me da ánimos. Eso para mí es muy bonito. Salgo del estadio después de los partidos y notó la conexión con los aficionados y su ilusión. Doy un paseo por mi barrio y veo que la gente está contenta. Percibo que la ciudad tiene muchas ganas de fútbol y que haya un boom como ha ocurrido con el baloncesto. Espero que esa ilusión nunca se convierta en presión para mi vestuario, ya que entonces supondría una mochila a nuestras espaldas.