La covid ya sabe dónde parar

Ó.C.
-

La estación de autobuses no tiene gel hidroalcohólico, en los baños hay carencias y los usuarios no perciben ninguna medida

Pocos usuarios entran al interior. - Foto: Ó.C.

La lucha contra el coronavirus es una tarea colectiva. Las autoridades sanitarias insisten en la distancia de seguridad  interpersonal y la limpieza de manos como algunas de las medidas más eficaces para frenar el avance de la pandemia. En especial, en lugares de tránsito continuo de personas, como las estaciones de autobuses. En Miranda, lejos de ser un espacio especialmente sensible con estas pautas de conducta, la instalación se asemeja a un desierto de precauciones, que se dejan totalmente al arbitrio de la responsabilidad personal de cada usuario, a pesar de que se trata de un recinto público.

«No se ha notado ninguna novedad», reconoce Altami, que acude casi a diario a la estación. Mientras espera al autobús para viajar hasta Vitoria, hace un repaso de la situación, sin encontrar ninguna de las recomendaciones sanitarias. Uno de los aspectos que más echa en falta son los geles hidroalcohólicos. «O lo tienes tú o aquí no hay», lamenta, aunque también resalta que no son muchos los usuarios que acceden a las instalaciones, porque la mayoría de la gente espera en la calle. De hecho, en el interior no hay nada abierto, ni las taquillas ni los locales comerciales, por lo que apunta que sobre todo en verano es raro que las personas entren. Aún así hay una gran estancia a la que cualquiera puede acceder y en ella no se han colocado dispensadores y tampoco hay mesas para dejar los botes.

En todo el recinto tampoco cuelgan carteles que adviertan de la necesidad de guardar la distancia de seguridad o recuerden el uso de las mascarillas. Las sillas de la zona de espera están separadas, aunque se pueden mover y uno de los usuarios afirma que «no es habitual ver al personal de limpieza». También hay consignas en las que hay que marcar un número para abrirlas, aunque para eso tampoco hay gel. La empresa que se encarga de la gestión y de su limpieza es autocares Zadorra, incluido dentro del grupo mirandés Barredo, y por su parte no se hicieron declaraciones sobre esta situación.

La estación se inauguró en 2012.  La estación se inauguró en 2012. - Foto: Ó.C.

Otro de los puntos problemáticos está en los servicios. En ellos existen dispensadores de jabón, pero no siempre tienen y los secadores no funcionan. En cuanto a los urinarios, solo hay uno habilitado, por lo que todas las personas que acuden al servicio tienen que usar el mismo, con el consiguiente riesgo. El resto de compartimentos con retretes están cerrados con una chapa atornillada.

Para explicar esta situación, una de las viajeras que mira los horarios en una de las taquillas cerradas aclara que los baños «son como si fuesen unos servicios públicos con todo lo que eso supone», detalla, puesto que otro de los problemas es la falta de vigilancia.