Iturmendi: "La caza factura más que el vino"

R.Pérez Barredo
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El presidente de la Federación Territorial de Caza defiende esta actividad que no pasa por sus mejores momentos

Iturmendi: "La caza factura más que el vino" - Foto: Alberto Rodrigo

Ha pasado días muy amargos, pero el presidente de la Federación Territorial de Caza no es de los que se dejan vencer fácilmente. Defiende el sector con argumentos sólidos aunque sepa que no son los mejores tiempos para los amantes de una actividad vieja como el mundo. Iturmendi no se esconde. Y tira con posta. 

¿Se sienten perseguidos?

No. Perseguidos no. Nos sentimos claramente incomprendidos. La actividad que practicamos es legal en España. Y de las más regladas de cuantas hay en nuestra sociedad. Pero realmente, desde muchos sectores, o al menos desde gran parte de la sociedad, la caza no es conocida y no se sabe qué función tiene. Hay un desconocimiento importante sobre para qué sirve la caza y lo que aporta la caza, que es mucho. Aparte de temas económicos, que son importantes, lo son más otros, como contribuir a la regulación y al equilibrio de los ecosistemas, que es algo fundamental.

¿Por qué esa incomprensión actual? ¿Han aumentado los enemigos de esta práctica atávica para que ahora parezca que los cazadores están en la picota?

Ha tenido mucho que ver el talibanismo fundamentalista animalista.La aparición de esos movimientos ha contribuido a que con los tres conceptos fundamentales de la caza -las armas, la sangre y la muerte- es fácil hacer demagogia. Las armas no le gustan a nadie, pero son necesarias; la sangre la desagrada a la inmensa mayoría de la gente, pese a que todos los animales tenemos sangre; y la muerte, aunque es algo consustancial a la vida, no está bien vista porque no es agradable. Pero es algo que hay que asumir y aceptar como algo natural en la vida de los seres humanos. Con esos tres factores se consigue hacer demagogia.

Pero para eso se necesitan cómplices. ¿Los han tenido esos grupos animalistas?

Sí. En la sociedad en que vivimos sucede una cosa: las posturas radicales son objeto de un tratamiento especial por parte de la clase política.Cuando alguien es radical, extremista, el político siente miedo. Y llega a hacer cosas que no entenderé nunca: le subvenciona, para tenerle callado, que no dé guerra y no moleste. 

¿Ha habido tibieza por parte de algunos partidos políticos?

Sí. De muchos, por no decir todos.

Ahora hay un partido que les defiende a capa y espada (Vox).

Hay partidos que nos defienden porque les viene bien. Ha habido un punto de inflexión clarísimo: las elecciones andaluzas. La clase política ha hecho una lectura a ese respecto clara, y es que se habían olvidado de atender al mundo de la caza, de la pesca, de las tradiciones. A mí me han llamado en los últimos tres meses más políticos que en toda mi vida en la federación.

Para hacerle la pelota...

Para hacerme la pelota, sí. Para hacer la pelota a nuestro colectivo.

Porque son muchos votos...

Hombre, claro. 

¿Cuántos votos en Castilla y León?

Federados somos 20.000, pero cazadores seremos unos 100.000. Nosotros vamos de la mano del mundo rural a todas partes. Les debemos todo y somos cómplices de las gentes del mundo rural y no estamos dispuestos a que se les haga daño. Vamos juntos. Y en ese mundo, el del mundo rural, la caza y los aprovechamientos, podemos mover unos cuantos cientos de miles de votos.

Se consideran ecologistas pero andan siempre a la gresca con los ecologistas... Suena contradictorio...

Nos consideramos ecologistas y con los ecologistas razonables y con gente con conocimiento y procedente del mundo científico no tenemos problemas.Con los que tenemos controversias es con los anti-caza. Y estos dicen no a la caza pero nunca les he oído decir, hasta la fecha, cuál sería la alternativa a la caza. ¿Por qué no ofrecen una alternativa? Porque no la hay. La caza puede hacerse o por el colectivo de cazadores, que aportamos una renta y pagamos por cazar, o mediante un cuerpo nacional de cazadores con uniforme que controlaría las poblaciones pero con la diferencia que nosotros generamos riqueza, y lo otro le costaría al ciudadano de a pie una pasta a través de los impuestos.

¿La caza es necesaria?

La razón fundamental de la caza es el equilibrio de los ecosistemas. Gente tan poco sospechosa como Rodríguez de la Fuente y otros naturalistas y científicos de renombre internacional han sostenido eso, que la caza es necesaria para mantener el equilibrio de los ecosistemas. El propio Félix lo explicaba muy bien, por un lado los mamíferos predadores, por otro las grandes aves rapaces... Pero arriba del todo, siempre ponía al mismo: al hombre. ¿Qué diferencia al hombre de esa cadena? La racionalidad. El hombre tiene que predar con racionalidad. 

¿Cómo vivió la decisión del Tribunal Superior de suspender cautelarmente la caza en la región?

Ha sido el momento más desagradable, doloroso e indignante que he vivido desde que estoy en la federación. También sentí impotencia. Creo que es un auto injusto. No se valoró que podría causar un daño irreparable. Si hubiera una suspensión de la caza en Castilla y León con una duración de un año, se causaría un auténtico desastre ecológico en la región. Y un daño irreparable para las poblaciones, porque se producirían unas explosiones demográficas de algunas especies que serían irreversibles prácticamente. La caza regula las poblaciones y evita el que se propaguen enfermedades muy improtantes, que pueden llegar a afectar al ser humano. O ser una amenaza. La peste porcina la tenemos en Francia, donde el ejército está abatiendo jabalíes para intentar impedir que la peste porcina avance. Si esa enfermedad cruzara los pirineos y se contagiara un cerdo, en 50 años España no volvía a vender un jamón.

Y aquí la población de jabalíes ha crecido notablemente...

Estamos abatiendo cuatro veces más que a comienzos de este siglo. Entonces, cazábamos en torno a 10.000 en Castilla y León. Y ahora estamos en torno a 42.000 jabalíes abatidos por temporada. 

Y están a las puertas de la ciudad...

Sí, por supuesto. Hay ciertos barrios de Burgos donde verlos en las horas crepusculares es fácil.

Del corzo ni hablamos...

Lo del corzo es terrible. Ya están en la ciudad. Hay una explosión demográfica de corzos enorme, ocasionada, al igual que la del jabalí, por un abandono del monte. El monte no se limpia y cada vez hay menos ganaderías extensivas, entre otras cosas por culpa del lobo.

¿La superpoblación de corzos y jabalíes está provocando una mayor siniestralidad en las carreteras?

Sin duda. Y no creo que haga falta que haya tragedias en las carreteras para que la gente se dé cuenta de que hace falta la caza. Al monte no se le pueden poner puertas, es una quimera. Y los animales se mueven. Los propietarios de las carreteras deben señalar bien los puntos negros. 

¿Hay menos cazadores ahora que hace diez, veinte, treinta años?

Tuvimos un punto de inflexión con la crisis económica. Se perdieron muchos cazadores, que colgaron la escopeta por culpa del paro, porque su situación económica les impedía gastarse ese dinero... Hubo un bajón fuerte, pero está remotando.

¿Cuántas licencias hay en Burgos?

Unas 15.000. 

¿Entonces hay relevo generacional? 

Hay un problema de relevo generacional. Pero también eso está poco a poco cambiando. El examen del cazador lleva poco tiempo en vigor (desde 2015) y yo pensaba que se presentarían en toda la Comunidad unas 150 o 200 personas. Pues en las dos convocatorias que ha habido se presentaron 1.000. Y sobre todo gente joven. Y muchas mujeres.

Luego está el impacto económico. ¿Cuánto genera al año la caza en Burgos y en Castilla y León?

En Castilla y León, entre 500 y 600 millones de euros genera la actividad cinegética.En España 6.500 millones de euros. En Burgos, en torno a los 70. Son cifras muy importantes. Es una facturación superior a la del vino a nivel nacional y autonómico.

¿Y constituye la caza un freno a la despoblación?

Es la primera renta que tiene el 95 por ciento de los ayuntamientos con menos de 500 habitantes de la provincia de Burgos y de Castilla y León. La primera, la principal. Estamos a muerte con el mundo rural. Y, a efectos de fijar población y, por tanto, de evitar la despoblación, la caza ofrece calidad de vida. 

¿Se puede hablar de un turismo de caza?

Yo en este asunto saco pecho.En este momento, la oferta más importante de caza en cuanto a calidad es Castilla y León (y muy especialmente nuestra provincia). Tenemos las mejores reservas de caza del país: Demanda, Urbión, Riaño, Batuecas, La Culebra... Reservas espectaculares que no ha hecho ningún técnico, ni ninguna administración, ni nigún político, sino las gentes que durante cientos de años han manejado esos lugares con una sabiduría espectacular. Nuestra Comunidad es receptora de cazadores de toda España, especialmente del norte. Pero vienen también extranjeros. A cazar codornices vienen italianos, franceses... Una anécdota.El otro día teníamos a un sultán que había venido a cazar un macho montés a Gredos. En pleno ínterin del auto de marras. El sultán no podía concebir que, dispuesto a pagar lo que fuera, no pudiera cazar el macho montés, una cabra hispánica. (Más información en edición impresa)