20 años al rescate de la memoria

A.C.
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La Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer en Las Merindades ha atendido a 275 familias en sus dos décadas recién cumplidas y sigue trabajando para conservar sus servicios

20 años al rescate de la memoria

"Me embarqué, porque me propusieron un proyecto social al que fui incapaz de decir que no". Con esta sencilla frase explica la abogada Lourdes Manrique cómo ha pasado los últimos veinte años ligada a la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer y otros problemas neurológicos derivados de la edad en Las Merindades (Afamer). Durante los dos primeros y los últimos seis ha sido su presidenta, pero nunca ha salido de una directiva que también encabezó José Ángel Mateo entre 2002 y 2014. En su caso, su filosofía personal fue la clave. "Siempre he tenido la idea de que en esta vida se está para ayudar a los demás, no para esconderte ni escaquearte", resume este hombre que a sus 80 años puede presumir de su dedicación al prójimo.

Ninguno de ellos ha sufrido en su familia estas dolencias que atacan al bien más preciado, a los recuerdos, la memoria y la capacidad para conocer a los tuyos. Pero han dado buena parte de su vida a Afamer, un colectivo que arrancó el 27 de julio del año 2000 con una larga lista de objetivos que se han ido cumpliendo en estas dos décadas. Uno de los más importantes era abrir un Centro de Día, y desde 2009 los bajos del que fuera el antiguo Centro de Salud de Villarcayo acogen este servicio con 15 plazas.

Entre sus paredes, quienes luchan contra el olvido cuentan con profesionales que buscan, sobre todo, frenar el avance de la enfermedad en la medida de lo posible o, al menos, tratar de que avance más lentamente. Lo hacen bajo estrictas normas de calidad, que AENOR certifica cada año desde que se lograran los certificados de calidad en 2012.

Además de la profesionalidad, está el compromiso. Y es que el teléfono de la asociación está abierto para todas las familias que lo precisen de ocho de la mañana a ocho de tarde. Al 680638133 pueden llamar si el enfermo adopta una actitud que no saben como dominar o, muchas veces, para recibir el tan necesario apoyo psicológico. En ese campo, Isabel López, psicóloga de la asociación desde sus inicios, es la experta, a la que apoyan otros profesionales.

Ocho profesionales. Un total de 275 familias han precisado de los servicios de Afamer en estos veinte años. "Los familiares se ven acompañados en todo el proceso de la enfermedad", recalca López, quien admite que "es muy duro tener un enfermo de estas características". En Afamer encuentran orientación, asesoramiento legal, apoyo psicológico y, muchas veces amigos. Ocho profesionales, psicólogos, educadores sociales y auxiliares de geriatría componen la plantilla, formada por "un personal muy implicado con los enfermos y las familias", a juicio de la psicóloga.

En esta asociación todos echan una mano. Incluso la presidenta tira de sus conocimientos legales y se convierte en asesora jurídica de la asociación siempre que se precisa o para dar una primera orientación a los familiares. "La gente está muy perdida cuando recibe el diagnóstico y es muy satisfactorio ver cómo agradece los servicios que les puedes dar. Vemos que los servicios dan respuesta a las necesidades", relata Manrique, a quien le gustaría que le llegara un relevo.

El Taller de Respiro para los familiares, que separaba a los enfermos cuatro horas de sus cuidadores y les daba un merecido descanso, fue el punto de partida de Afamer. Después se creó el de enfermos en etapas iniciales, al observar la necesidad de separarlos en función del grado de pérdida de las capacidades. Ahora, Afamer cuenta con un grupo de estimulación cognitiva, formado por quienes aún no acuden al Centro de Día, y también ofrece este servicio a domicilio. La promoción de la autonomía personal en el domicilio es otra de las áreas de trabajo. El pasado año, 16 personas disfrutaron de alguno de estos servicios y 20 pasaron por el Centro de Día. No obstante, fueron 50 las que recibieron asesoramiento legal, social o psicológico.

Los elevados costes del transporte representan uno de los mayores problemas para Afamer, que en algunos casos ha de apostar por los servicios a domicilio. La cantidad que la Junta de Castilla y León y las familias aportan en función de sus ingresos para sufragar las plazas del Centro de Día no cubre todos los costes. Otra de las batallas constantes es la búsqueda de financiación, dado que las subvenciones de las distintas administraciones no alcanzan a cubrir todos los gastos y cada año hay que desarrollar actividades solidarias para completar el presupuesto.

"Sí es cierto que hemos conseguido nuestros objetivos, pero ahora lo complicado es mantener los servicios, porque las ayudas siempre se enfocan hacia proyectos novedosos y no tanto al mantenimiento de lo conseguido", resume Isabel López. La responsable del Centro de Día considera que "las administraciones tendrían que apoyarnos lo suficiente como para cubrir nuestros gastos".

En este convulso 2020 no se van a poder realizar muchas de las propuestas solidarias en favor de Afamer, aunque también se ha reducido el presupuesto de los 254.700 euros de 2019 a 186.000, debido a los tres meses que el Centro de Día permaneció cerrado hasta su reapertura el 22 de junio. Si no salen las cuentas, se tirará del fondo social. Conseguir la independencia económica es una de las prioridades estratégicas que se ha marcado la asociación, que también espera poder aumentar el grado de implicación de los 333 socios, el voluntariado y las familias. A la última asamblea apenas acudieron una veintena de socios, una de las pocas espinas clavadas de la directiva, que echa de menos más respaldo y ideas para seguir mejorando.