El grupo Urbegi ha iniciado su actividad en la ciudad con la creación de una nueva empresa: Equipos de Protección Mirandeses (EPM). En la planta ubicada en el polígono de Bayas, ayer empezaron a confeccionar mascarillas FPP2, de las que en 2021 planean elaborar 6 millones de unidades, aunque con la línea que han montado tienen la capacidad para sacar al mercado hasta 11 millones. La previsión se ha hecho con cierta cautela, como destaca el director de Desarrollo de Negocio de la compañía, Jonatan Belarde, quien reconoce que el proyecto busca «responder a la necesidad que hay de fabricar localmente material de seguridad». Dentro de sus cálculos, destaca la competencia que existe con otros países y «la confusión» con el material que viene por ejemplo de China, que no pasa los mismos controles, por lo que esperan encontrar un hueco en España y toda Europa.
Con este objetivo se ponen en marcha con la mascarilla FPP2. La barrera fijada alcanza los seis millones de unidades, pero Belarde ensalza que la planta tiene más capacidad «e incluso si la situación se complicase y aumentase la demanda, podríamos instalar una segunda línea para alcanzar los 22 millones al año». Para venderlas, EPM apuntará «a la sociedad en general a través de los grandes distribuidores y luego está al ámbito profesional e institucional». De hecho, Urbegi ya está en el sector como distribuidor y suministra «a residencias públicas en Vizcaya y Álava», confirma Belarde, que apunta que en «el entorno norte del país tenemos nuestra red y tenemos numerosos clientes», a los que ahora venderán las mascarillas que salgan de la planta de Miranda.
Al margen del tipo de negocio con el que el grupo ha abierto este centro de trabajo, también hay que destacar su idiosincrasia de «generar oportunidades de empleo en personas con dificultades». Por este motivo, Belarde destaca dos aspectos. El primero se centra en la elección del modelo de mascarilla que se fabricará en la planta de Bayas, puesto que la han elegido por delante de la quirúrgica, «que se está utilizando más y tiene más demanda», porque la FPP2 «va a generar más empleo que la otra», defiende Belarde, ya que aclara que tiene una mayor complejidad en su confección.
En segundo lugar, afirma que el modelo por el que han apostado tendrá demanda más allá de la pandemia, y sostiene que la constitución de esta empresa no responde a un pico puntual en el mercado, puesto que «el objetivo es mantenernos en el tiempo como fabricantes de equipos de protección individual para entornos profesionales». Con esto, Belarde cree que se «consigue trabajo a largo plazo», y para evolucionar en esta idea, el responsable de desarrollo avanza que en 2021 pretenden sumar la homologación y empezar a confeccionar mascarillas FPP3, que «tienen un nivel de filtración superior», define.
Por el momento han contratado a seis trabajadores directos, pero indirectamente colaboran otros cuatro. La previsión marca que el año que viene «se incorporen otras cuatro personas que se sumarán a la plantilla», todas ellas con algún grado de discapacidad (...)
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