Lejos del traje oficial y de las tensiones políticas, de los micrófonos y de las cámaras, un relajado y cercano Pablo Casado, acompañado de su esposa, Isabel, vivió este viernes en Burgos una jornada familiar, donde la alegría de la mañana, cuando pudo disfrutar de una visita «maravillosa» a la Catedral y a la exposición ‘Lux’, de Las Edades del Hombre, se tornó en tristeza por la tarde cuando la joven pareja se trasladó hasta el tanatorio de La Paz para acompañar a la familia de la exconcejala del PP Nieves Sanz, especialmente a sus hijos e hijas, con quienes mantienen lazos de amistad. Una visita de carácter privado, en la que además el presidente del Partido Popular pudo compartir un almuerzo en Casa Ojeda con sus primos que viven en la capital burgalesa y darse un ‘baño de masas’ entre las muchas personas que le reconocieron, y quisieron hacerse fotos con él, tanto en el interior de la Catedral como en el recorrido por el Paseo del Espolón.

Antes de acceder al templo, el líder del PP, que llegó a la plaza del Rey San Fernando a la una del mediodía, ya tuvo que saludar a varios curiosos. Sonriente y atento, posó para los móviles de algunos seguidores, mientras que la comitiva que le acompañaba -el presidente provincial, los dos diputados y los dos senadores del partido, la portavoz municipal del PP, el consejero de Presidencia y el exministro Aparicio- esperaba paciente los pasos de su jefe. En la Catedral fue recibido por el presidente del Cabildo, Vicente Rebollo, y el vicepresidente de la Fundación VIIICentenario, Antonio Méndez Pozo, además del historiador René Payo, comisario de la muestra de Las Edades del Hombre y cicerone de la pareja ‘popular’ en el recorrido por ‘Lux’.

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