La línea de alta velocidad Venta de Baños-Burgos no abrirá en 2020, por mucho que haya concluido la primera fase de pruebas de circulación. No lo hará, de hecho, hasta bien avanzado 2021 porque a la infraestructura le quedan todavía unos cuantos meses de espera así que los burgaleses tendrán que seguir armándose de paciencia.

Cuando en las últimas semanas el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias anunció primero el paso de las máquinas de auscultación y después de los primeros trenes comerciales, aunque todavía sin pasajeros, parecía que la fecha se acercaba. Sin embargo, ahora Renfe matiza que la inauguración no podrá ser precisamente temprana. Aunque no habla de ningún horizonte en concreto, fuentes de la operadora ferroviaria explican que el periodo de formación de sus maquinistas tendrá que esperar a que entre en servicio la señalización ERTMS (siglas en inglés de Sistema Europeo de Gestión del Tráfico Ferroviario).

Actualmente el trazado ya tiene en marcha el método ASFA (Anuncio de Señales y Frenado Automático) que es más antiguo y está menos automatizado, por lo que únicamente permite velocidades de circulación de 200 kilómetros por hora. El futuro ERTMS proporciona más seguridad, hará posible que se llegue a los 300 y la línea de Burgos está preparada para ello, pero por el momento no está activado.

Los maquinistas de Renfe deben pasar un periodo de formación para ‘conducir’ por esa línea hasta conocérsela al detalle, y esto no se llevará a cabo hasta que funcione el nuevo sistema de seguridad. «No tendría mucho sentido habilitar a los maquinistas sin que estén terminadas todas las instalaciones», advierten desde la operadora.

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