El parque Miguel Delibes fue el lugar escogido por el Ayuntamiento de Miranda para la primera zona de juegos destinada a menores con movilidad reducida. De aquello hace dos años y en este tiempo se han producido dos incidentes, y en ambos casos los implicados acabaron en el hospital. Ninguno usaba silla de ruedas, como marcan las normas que están visibles junto al columpio.
El primero en sufrir lesiones fue un niño de cinco años, que como denuncia Ciudadanos se fracturó la rótula y el astrálago. Esta misma semana una joven de 14 años tuvo otro incidente, con intervención de los bomberos incluida para cortar con una radial el balancín y poder liberarla. Finalmente fue trasladada al centro sanitario con daños en uno de sus pies.
El problema, como apuntan en el equipo de gobierno no está en el columpio sino en el mal uso que se hace del mismo, por lo que el Ayuntamiento no va retirar ni cambiar el elemento. Hacerlo supondría «un perjuicio a los menores que van en silla de ruedas», sostiene el concejal de Servicios, Adrián San Emeterio, que apunta a que «en un espacio reducido hay tres tipos de señalización», en el que se deja claro el uso y los usuarios a los que van dirigidos los columpios, por lo que la prevención «difícilmente es mejorable», apunta.
Después de conocer el incidente de esta semana, Cs ha pedido al equipo de gobierno que comprobara la homologación del elemento en cuestión, ante lo que San Emeterio ensalza que todo está en regla y que el parque se instaló por una empresa especializada por lo que la actuación tuvo «todas las certificaciones».
Los vecinos consideran que sí que está señalizado, aunque el problema está en que los últimos meses el Miguel Delibes se ha convertido en un punto de reunión para muchos jóvenes, que no hacen caso de las indicaciones y que hacen un mal uso de estos columpios. «Esto se arregla con que pase la policía un par de tardes», afirma una vecina testigo del último incidente. El concejal responsable de la seguridad, Pablo Gómez, manifiesta que los agentes han intervenido en el parque en relación con los menores, aunque no por el mal uso del columpio.