La obra de todo un pueblo que cruza fronteras

ADRIÁN DEL CAMPO
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El trabajo altruista de los vecinos de Moradillo en la recuperación de suhistórico barrio de bodegas recibe el premio de Patrimonio Europeo la conservación. Los protagonistas cuentan cómo han logrado este hito

Los vecinos de Moradillo posan a los pies del barrio de bodegas del Cotarro. - Foto: Alberto Rodrigo

El barrio de bodegas subterráneas del Cotarro en Moradillo de Roa se ha convertido por méritos propios en un ejemplo de cómo el mundo rural puede rebelarse contra esa etiqueta de la España Vaciada y demostrar que tiene fuerza suficiente para romper barreras. El penúltimo logro de este proyecto ribereño así lo constata. El Cotarro ha sido recientemente galardonado con el premio de Patrimonio Europeo Europa Nostra a la Conservación. El barrio de bodegas se ha erigido como uno de los 21 ganadores a nivel continental y ha traspasado fronteras para situarse a la altura de los mejores conjuntos patrimoniales de toda Europa.

Al buscar las razones que han llevado a Moradillo a la victoria, las primeras se ven a simple vista, un singular conjunto de 157 bodegas subterráneas y siete lagares cueva con más de 300 años de historia que han sido rehabilitados y que regalan una fotografía de esas que se quedan grabadas en la memoria y dignas de fondo de pantalla, pero hay mucho más detrás esa bonita postal. El alcalde de este pueblo de solo 170 habitantes, Francisco Javier Arroyo, apunta que son un "Ayuntamiento con un presupuesto muy pequeño y sin recursos ni económicos ni humanos", pero que a pesar de ello han conseguido sacar adelante el barrio de bodegas gracias al "recurso más importante que ha tenido el Ayuntamiento y por el que hoy en día el Cotarro está situado a nivel nacional, que ha sido su población".

El empeño del Ayuntamiento por poner en valor su conjunto de bodegas y la colaboración altruista de cada vecino, ya fuera cediendo una bodega, ayudando en la limpieza, en la promoción o contando cómo se trabaja en aquel lugar, han hecho posible que el Cotarro sea lo que es hoy. Antes de la crisis del coronavirus, las visitas al pueblo se habían asentado con turistas que llegaban incluso de Estados Unidos o de China. De esta forma se ha conseguido que la actividad dé para pagar el 100% del sueldo de la persona contratada para las rutas guiadas. Uno de los retos planteados hace un año por el Consistorio.

A pesar del parón por el coronavirus, el alcalde es optimista y afirma que "el enoturismo con este premio está totalmente asentado tanto a nivel nacional como internacional". Además, siendo consciente de la crisis actual, Arroyo iniciará una ronda de contactos para conseguir una financiación que nunca han disfrutado. Se centrará en pedir a la Junta apoyo para evitar filtraciones en las bodegas. En este sentido, el edil anima a todo el mundo a apoyar a Moradillo en la votación online abierta para decidir al ganador final de los premios Europa Nostra y que se llevará 10.000 euros.

La idea de concurrir al certamen europeo surgió de la responsable de enoturismo del pueblo, Agustina González Alonso. Al principio pocos creían que pudieran ganar, pero ella desde el inicio vio "un proyecto ganador". Destaca todo el trabajo hecho por el pueblo y por el promotor del proyecto, Nacho Rincón, algo que quizá quien lo ve todos los días no lo aprecia tanto, pero que observado desde fuera gana mucho más valor. Una perspectiva que da la distancia y que ha llevado a Europa a premiar a este pequeño pueblo de la Ribera del Duero.

"Estamos reconstruyendo uno  de los lagares más grandes del pueblo". Además de vecino de Moradillo, Francisco Javier Camarero es también concejal y una de las personas que ha trabajado en el proyecto del Cotarro desde el inicio. Siempre ha participado en las jornadas de limpieza, charlas, promoción... Ahora está centrado en la recuperación de un lagar que estaba hundido. Tras varios años ha conseguido, junto a otros vecinos, la propiedad del mismo, la cual estaba dividida entre 32 dueños, algo muy común en las bodegas y lagares antiguos y que dificulta su adquisición, con propietarios que ni siquiera saben que lo son. Actualmente Francisco Javier Camarero, en colaboración con otros voluntarios, está trabajando en la limpieza del lagar y la contención de muros. El objetivo es reconstruir al completo el edificio, del que solo quedan las paredes. Para su interior están en plena búsqueda de una viga y de un husillo. Se trata de uno de los lagares más grandes del pueblo y en su momento tuvo una viga de 15 metros.

"A raíz del Cotarro decidimos restaurar el lagar familiar". El lagar de la familia de Ángela Rincón, otra de las vecinas de Moradillo de Roa, se encontraba en muy malas condiciones, incluso con las paredes destruidas, pero a raíz del proyecto del barrio de bodegas del Cotarro cambió el destino del edificio, que permanecía prácticamente abandonado. La iniciativa de rehabilitar el patrimonio local empujó a Ángela Rincón y a su familia a restaurar toda la estructura del antiguo local dedicado a la producción de vino. "Hemos restaurado todas las paredes, hemos levantado todas las piedras caídas para ello, para recuperar las paredes. Actualmente el lagar está muy bien por fuera, también muy bien por dentro, completamente limpio", explica esta vecina de Moradillo de Roa, que presume junto a la entrada del lagar de su familia de la puesta en valor del espacio, que hoy se ha unido al conjunto patrimonial del pueblo ribereño, siendo uno de los muchos bienes del Cotarro.

"Siempre intento colaborar lo máximo posible en cualquier iniciativa". Mientras busca la llave para abrir y enseñar su lagar, Jaime Plaza cuenta que "desde de los primeros días de limpieza", cuando se reunía "todo el pueblo", siembre ha "intentado colaborar lo máximo posible con el proyecto". Recuerda especialmente las fechas en las que hicieron la vendimia, cuando incluso se cogió días del trabajo para arrimar el hombro. Con la puerta ya abierta, este vecino de Moradillo de Roa muestra su aportación particular al Cotarro. Se trata de "la recuperación de un lagar subterráneo" que tenía su familia. "La verdad es que antes estaba lleno de escombros, de basura, algunas partes se habían derruido, caído... Entonces hemos hecho un proyecto completo de limpieza, de sacar tierra, basura, de retirar todo lo que había", cuenta Jaime Plaza para después enseñar los resultados del trabajo: un llamativo lagar subterráneo que ya es visitable.

"Siempre quisimos dejar la bodega como era en sus orígenes". Águeda Sanz muestra con orgullo la bodega de la que su hermano es propietario. Esta no es una cueva cualquiera, sino que fue la primera restaurada en el Cotarro de Moradillo de Roa, cuya licencia de obra data de hace varios años, como apunta el alcalde. Agueda Sanz insiste en que durante la rehabilitación el objetivo de su hermano "siempre fue dejar la bodega como estaba", manteniendo su estructura centenaria y por tanto la esencia histórica de la construcción. Como tantas otras, esta bodega estaba destruida, con las piedras caídas. Una vez comenzó el proyecto de restauración, desde el primer momento se incidió en recuperar el aspecto anterior de la edificación. Actualmente guarda los mismos metros, con una puerta de madera similar a las de la antaño, y las piedras que la componen son las originales.