El centro de salud Burgos Rural Norte (ubicado en la capital pero de referencia para vecinos de pueblos del alfoz) está haciendo las pruebas rápidas de detección del coronavirus (los test de antígenos) en el interior de una caseta de obra, climatizada y ahora acondicionada para prestar esta asistencia sanitaria. Este módulo fue uno de los cuatro que se instalaron a mediados de otoño en algunos centros de salud de la capital con el propósito inicial de evitar que las personas que tuvieran que hacerse pruebas de detección del SARS-CoV-2 esperaran en la calle, pero fuentes de la Junta destacan que se abrieron a otros usos. «En la mayoría era zona de espera, pero no exclusivamente», indicaron ayer este periódico.
Los pacientes de este centro de salud, en la calle Luis Cernuda, hacen cola a la intemperie para que se les haga una prueba diagnóstica de detección del coronavirus, a pesar de lo adverso de las condiciones meteorológicas de este mes de enero y, también, de las dificultades que personas con movilidad reducida tienen para poder entrar, dado que el acceso no está a ras de suelo y no hay escalón ni rampa.
En Burgos capital se instalaron cuatro módulos de este tipo, en colaboración con la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, con el fin de «evitar esperas de nuestros ciudadanos en la calle ante la previsión de descenso de temperaturas». Estas palabras textuales se han extraído de la nota de prensa que la Consejería de Sanidad envió a los medios el 11 de noviembre, aunque fuentes oficiales subrayaron ayer que entre sus cometidos entra el desarrollado en el centro de salud Burgos Rural Norte y que toda deficiencia tratará de ser subsanada.
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