Nadia Calviño, en Burgos

J.D.M.
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La ministra de Economía visita hoy Atapuerca y el MEH. En una amplia entrevista en Diario de Burgos explica el complejo momento político y económico que vive España

Nadia Calvino, en Burgos

La ministra de Economía viaja a Burgos este fin de semana para visitar los yacimientos de Atapuerca y el Museo de la Evolución Humana (MEH). En esta entrevista aborda los principales retos a los que se enfrenta a España y hace una llamada a la responsabilidad de los diputados para investir a Pedro Sánchez presidente.

El PIB creció en el segundo trimestre dos décimas menos que en el primero, la cifra de parados aumentó el mes pasado en 54.371 personas y la afiliación ha caído en 213.000 cotizantes. Los datos de matriculaciones en agosto son los peores en más de una década y se teme un cambio de ciclo en el sector residencial. Los nubarrones advierten de que se avecina tormenta... ¿Está España preparada para afrontar una próxima recesión?

La economía española sigue creciendo a buen ritmo, muy por encima de la media de la zona euro y de los grandes países de nuestro entorno, y las previsiones apuntan a un crecimiento cercano al 2% también para el año próximo. Está claro que el ritmo de crecimiento se ha ido moderando desde 2015, a medida que el ciclo económico madura, pero los datos más recientes están dentro de lo previsto por los organismos nacionales e internacionales. Se sigue creando empleo, con casi medio millón de afiliados más en los últimos doce meses, y los 19.300.000 trabajadores inscritos están en línea con las cifras de antes de la crisis, pero sin una burbuja en el sector de la construcción.

¿Estamos en mejor situación que otros países del entorno?

Está claro que nos enfrentamos a un escenario internacional complejo. La ralentización de la actividad económica internacional por las tensiones comerciales y cambiarias afecta a una economía tan abierta e integrada globalmente como la española, especialmente al sector manufacturero. Y hay determinados riesgos, como el de un Brexit sin acuerdo, que también pueden tener un impacto negativo sobre nuestro país, por eso no podemos caer en la complacencia. Durante los últimos meses hemos avanzado mucho en la corrección de desequilibrios como la deuda pública, el desempleo y la desigualdad, para estar mejor preparados ante potenciales shocks adversos. Hemos empezado a poner en marcha medidas estructurales, como las recogidas en la Agenda del Cambio, que se ha integrado dentro de las 370 medidas presentadas por el Presidente esta misma semana. Pero todavía queda mucho por hacer y es preciso tener una perspectiva de cuatro años para abordar medidas que refuercen la solidez de nuestra economía de cara al futuro.

Tradicionalmente, España ha pasado de una fase de expansión a otra de recesión directamente, sin transiciones. ¿En qué trabaja el actual Gobierno para evitarlo?

Desde el primer día hemos trabajado para mejorar el bienestar de los españoles, para establecer las bases de un crecimiento más justo y más sostenible. Nuestra política económica se ha guiado por tres prioridades. Por una parte, responsabilidad fiscal, reduciendo el déficit y la deuda pública. Además, políticas sociales, para atajar la desigualdad que todavía arrastramos desde la crisis. Y en tercer lugar, una agenda coherente de reformas para reforzar la estructura de nuestra economía, su capacidad de crecimiento futuro. Tenemos que aumentar la formación y el capital humano, impulsar y acompañar la transición ecológica, avanzar hacia un mercado laboral más eficiente y más justo, apostar por el desarrollo científico y tecnológico, apoyar la transición digital de nuestra economía y aumentar la eficiencia en la administración pública.

¿Cuán necesario es para el país tener a la mayor brevedad un Ejecutivo estable para abordar reformas de cara a los retos del futuro?

Las limitaciones propias de un Gobierno en funciones reducen las posibilidades de abordar estas reformas, que requieren una perspectiva de medio plazo. Tenemos que aprovechar esta fase de crecimiento económico y, por eso, es urgente tener un gobierno que pueda proporcionar esa estabilidad. De hecho, los inversores internacionales apuntan a la inestabilidad política de estos últimos años como el principal factor de incertidumbre sobre nuestro país. Cuanto antes tengamos un gobierno con plenas funciones y una perspectiva de legislatura «normal», antes podremos poner en marcha un programa que creo es compartido por la inmensa mayoría de la población española.

Para llegar a un acuerdo con Unidas Podemos, el PSOE ha presentado 370 propuestas de Gobierno, entre las que se incluye una nueva reforma laboral, medidas para frenar el abuso de los alquileres... ¿Cuáles son las más importantes, y necesarias, que han impulsado desde su área de Economía y Empresa?

La nueva propuesta realizada por el Presidente del Gobierno el pasado martes contiene un gran número de medidas que se han visto enriquecidas con las contribuciones de los colectivos representativos de la sociedad civil con los que nos hemos reunido durante el verano. Se trata de un programa progresista que incorpora las reformas estructurales más importantes a las que me he referido anteriormente.

¿Por qué cree que este programa ‘seducirá’ a Podemos para evitar una nueva investidura fallida?

Creo que esta propuesta es un reflejo fiel de las expectativas de la inmensa mayoría de la población y debería contar con el apoyo de todas las fuerzas políticas. Y muy especialmente de aquellas que se dicen progresistas. No sería comprensible que el Congreso bloquee la gobernabilidad del país, en contra del mandato de las urnas, y perder la oportunidad actual. Aún menos dadas las incertidumbres y los retos a los que nos enfrentamos, que exigen que todos rememos en la misma dirección poniendo por delante el interés de los ciudadanos.

Entre otras propuestas, destaca el tipo mínimo del 15% en el Impuesto de Sociedades de las grandes empresas y crear la ‘tasa Tobin’ y la ‘tasa Google’. ¿Por qué ve «fundamental» aprobar esta tasa?

Nuestro sistema fiscal está pensado para una economía que sin embargo está cambiando radicalmente debido, sobre todo, a la revolución digital. En concreto, han surgido grandes plataformas digitales que no pagan impuestos en aquellos países en que se genera el valor añadido, que cada vez está más ligado al valor de los datos de los usuarios. Y estas empresas compiten con otras de la economía tradicional que están sujetas a imposición. Por eso hablamos de adaptar el sistema fiscal al siglo XXI, porque es preciso tener en cuenta las nuevas actividades y garantizar que el sistema es justo. .

¿Ve posible y cercano un acuerdo en el G20 y la OCDE?

España está tomando un papel activo dentro de los distintos organismos internacionales para liderar el establecimiento de este tipo de tasas. Lo ideal es que haya un sistema eficaz a nivel mundial o, si no es posible, al menos a nivel europeo..

Volviendo a la perspectiva de la economía española, ¿cómo nos puede afectar la inestabilidad en economías emergentes como Argentina, la desaceleración en Alemania, la guerra comercial entre China y EEUU, la crisis política en Italia o el Brexit?

España tiene una economía abierta y no puede aislarse del impacto de la inestabilidad y de las tensiones comerciales del actual contexto internacional. La ralentización del comercio ya está teniendo un impacto en nuestras exportaciones, aunque siguen teniendo signo positivo gracias a la competitividad de nuestras empresas. Además, la incertidumbre prolongada está retrasando las decisiones de inversión y, por tanto, el crecimiento futuro.

Sobre la salida del Reino Unido de la UE, ha afirmado recientemente que el Ejecutivo ya tiene «los deberes hechos». ¿A qué se refería?

Uno de los focos de inestabilidad más importantes de cara al otoño es, naturalmente, el Brexit. La situación varía casi de hora en hora pero como Gobierno responsable tenemos que estar preparados para lo peor. Ya se han tomado medidas hace unos meses y esta misma semana hemos tenido una reunión para analizar la situación. En breve se convocará una reunión con las Comunidades Autónomas para que nuestro país esté preparado para cualquier escenario.

Otro tema que no pierde actualidad es la crisis migratoria en el Mediterráneo. ¿Cómo impacta esto es una economía como la nuestra?

La crisis migratoria es un drama sin paliativos y al que debemos ser sensibles como sociedad a nivel europeo. Desde las instituciones españolas y europeas debemos trabajar juntos para lograr una gestión eficaz de los flujos, priorizando por supuesto los derechos y la seguridad de las personas y luchando contra las mafias internacionales.

A nivel interno, el proceso independentista y la falta de un Gobierno estable pueden mermar la confianza actual de los inversores. ¿Cuáles son los retos más importantes a los que deberá hacer frente el futuro Ejecutivo?

El principal enemigo del crecimiento económico es la incertidumbre, dado que retrasa las principales decisiones de consumo por parte de las familias y de inversión y contratación por parte de las empresas. Por esta razón, España necesita contar con un Gobierno estable y europeísta, alejado de las veleidades populistas y nacionalistas que abundan hoy.

¿Qué medidas son más urgentes implantar para mejorar la competitividad y hacer más eficiente el funcionamiento del mercado laboral?

Desde el primer día, hemos tenido clara la necesidad de garantizar la estabilidad financiera, reforzando la confianza de los mercados con un programa claro de política económica con los tres ejes que he explicado anteriormente: responsabilidad fiscal, políticas sociales y reformas estructurales. Se trata de una política alineada con las recomendaciones de los organismos internacionales y que los inversores entienden y apoyan.
El resultado está claro. Ha ido mejorando la confianza en nuestro país, como se pone de manifiesto en la evolución de los mercados de deuda pública. Hemos salido del brazo correctivo por déficit excesivo de la UE y han ido bajando los tipos de interés hasta incluso situarnos dentro del contorno de los tipos negativos. De hecho, esta misma semana hemos anunciado una rebaja de 10.000 millones de euros en la emisión prevista de deuda pública para este año, lo que contribuirá a un ahorro superior a 2.000 millones de euros en intereses y permitirá seguir reforzando la sostenibilidad financiera de nuestro país a largo plazo.

¿Y a largo plazo?
De cara al futuro, tenemos una agenda clara de reformas y medidas que permitan seguir creciendo de una manera cada vez más sostenible desde el punto de vista medioambiental y social. Es importante reducir la desigualdad, que es uno de los principales problemas que arrastramos desde la crisis y, en este sentido, un mercado laboral eficiente que garantice empleos de calidad es uno de los pilares de una sociedad equitativa.

La crisis del diésel, además de un desplome en las ventas de vehículos, ha generado una gran incertidumbre en la automoción, un sector trascendental en el país y en un territorio como el nuestro, con grandes industrias dedicadas a la fabricación de componentes. ¿En qué medidas trabaja el Gobierno para que esta transición hacia un vehículo más eficiente y menos contaminante no acabe destruyendo miles de empleos directos e indirectos?

El sector de la automoción es uno de los más expuestos a la coyuntura externa, porque el 84% de la producción española se exporta. Por eso es tan importante su adaptación a los cambios en la demanda, marcada en el momento actual sobre todo por reformas relacionadas con la transición ecológica que elevan los estándares internacionales.
Se trata de un sector de enorme relevancia para la economía española. Por eso es tan importante y positivo que la industria española esté haciendo sus deberes y el Gobierno ha puesto en marcha un Plan estratégico de apoyo, para que la transformación se haga de manera eficiente y justa. No se puede permanecer al margen de tendencias y cambios tan trascendentales así que hay que aprovechar las oportunidades que se derivan del proceso, para seguir liderando el sector en Europa y también para contribuir a mejorar la calidad del aire en nuestras ciudades.