En vilo por la vuelta al cole más incierta

I.E.
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Los centros preparan las instalaciones para recibir mañana a 28.000 niños con medidas para evitar contagios que crean algunas dudas en padres e incluso entre los propios docentes

Los chavales llevan seis meses sin acudir a clase. - Foto: Luis López Araico

Empieza un curso escolar muy complicado para chavales, profesores y padres, pues las medidas anticontagio que ha decretado la Administración regional crean dudas tanto en las familias como en los docentes, si bien todo el mundo coincide en que las clases en este septiembre tenían que empezar de forma presencial ante la no muy positiva experiencia de la educación online del último trimestre. Así, mañana regresan a las aulas 28.000 alumnos de Infantil y Primaria, a los que se sumarán otros 26.000 el lunes 14 de septiembre, cuando empieza el curso en la ESO, Bachillerato y FP.

La convivencia de más de 54.000 niños y adolescentes durante el horario lectivo pondrá a prueba los protocolos de la Junta, una herramienta clave para contener la pandemia y que hospitales y centros de salud no se vean desbordados de nuevo por el coronavirus. Así, los padres habrán de estar atentos a la salud de sus hijos, pues deberán firmar una declaración responsable en la que den fe de que sus vástagos acuden al colegio sanos, sin síntomas de la enfermedad. El primer muro de contención contra el virus serán por tanto las familias, que habrán de surtir de mascarillas a todos los alumnos mayores de 6 años, pues su uso es obligatorio en las aulas a partir de esa edad.

Como muchos casos son asintomáticos -y más en los pequeños- la preparación de los centros para garantizar la distancia social será fundamental para evitar el avance de la enfermedad. Así que entre pupitres la distancia de seguridad debe ser de metro y medio, lo que obligará a algunos colegios a ampliar las aulas en lugares insospechados. Minimizar los contactos en los accesos y salidas será de vital importancia, razón por la que serán escalonados. Antes de entrar todo el alumnado habrá de desinfectarse las manos y repetir la operación al menos 5 veces por jornada. La limpieza de las aulas será otro caballo de batalla, sobre todo de aquellas que sean usadas por distintos estudiantes para asignaturas optativas. Para facilitar los movimientos por los centros y evitar el contacto con pomos  y manillas las puertas permanecerán abiertas. Y serán los profesores los que se muevan de clase en clase para evitar el tránsito de alumnos. Todo el material de uso común habrá de desinfectarse antes y después de su utilización. En los recreos se limitarán los juegos de contacto o aquellos que impliquen intercambio de objetos y se reforzará la vigilancia.

No habrá extraescolares para reducir el tiempo de convivencia entre los niños, pero estos también estarán juntos en los comedores, por lo que el personal de vigilancia  habrá de estar atento a que se cumplen las medidas de seguridad y los chicos y chicas solo tocan su propia comida. Los autobuses de transporte escolar también serán un foco de contacto, de manera que la mascarilla será obligatoria a partir de 6 años. En la parada la distancia será de metro y medio.

(Más información en la edición impresa de Diario de Burgos de este martes)