Benavente fija las elecciones de FAE para junio

G. ARCE
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El presidente de la patronal solo daría el paso a la renovación si hasta la gala de los FAE de Oro, que se celebrará el próximo 28 de mayo, no surge una candidatura con garantías a la que ceder el testigo

Miguel Ángel Benavente lleva nueve años al frente de FAE. - Foto: Valdivielso

Miguel Ángel Benavente se aboca al final de su segundo mandato al frente de la patronal burgalesa, en total 9 años en el cargo si se tiene en cuenta el periodo previo en el que tomó el testigo de su antecesor, Roberto Alonso, tras su salto a la política municipal. Pero el empresario de la automoción, gerente de Casple, tiene sus tiempos muy claros y no convocará a las urnas hasta que no se celebre la gala de los FAE de Oro, prevista para el último jueves de mayo. Quizá, la noche de ese día 28, ante sus compañeros, despeje la duda de si opta o no a un tercer mandato, algo que hoy da casi por hecho, aunque también se inclina a ceder el testigo si surge una candidatura solvente y con garantías para mantener la fortaleza de la patronal burgalesa.

Recuperado ya del infarto de miocardio que sufrió el pasado mes de septiembre, a este empresario hecho a sí mismo solo le preocupa el momento que vive la economía, en general; la burgalesa, en particular; y, si le apuran, su sector de la automoción, pieza clave de la industria local. En concreto, señala como "nubarrores" la inestabilidad política vivida en España y las primeras decisiones tomadas por el "binomio socialista-comunista" del gobierno de Sánchez. A ello suma el Brexit y los populismos en Europa, las incertidumbres que pesan sobre la industria del automóvil y, en los últimos días, el coronavirus, la puntilla a un ambiente enrarecido. 

"La situación exige cautela y pocos cambios", reconoce. Por ello, ha decidido estirar el mandato hasta el FAE de Oro -algo que no impiden los estatutos de la Federación-,  y afrontar las circunstancias que llegarán en los apenas dos meses que quedan para la fiesta de los empresarios. 

Marzo es un mes importante: reunirá a la Junta Directiva (integrada por la ejecutiva de FAE y los presidentes y vicepresidentes de las diferentes asociaciones empresariales) para aprobar las cuentas y organizar la gala del FAE de Oro.

Esta reunión, que cita a unos 85 empresarios dos veces al año, será clave para sondear el estado de ánimo de los asociados y vislumbrar si surge algún candidato con solvencia para tomar el relevo.

Por ahora, si ha habido movimientos al respecto no han sido públicos y a Benavente no le constan. La tradición no escrita en FAE, donde la paz interna ha imperado en sus cuatro décadas de trayectoria, determina que cualquier candidato a la presidencia debe contar con el respaldo del presidente saliente y de su ejecutiva. 

"Creo que las circunstancias económicas me van a exigir el seguir dando un paso al frente, pero me gustaría recordar que existe libertad para presentar candidaturas", recuerda.

Si finalmente opta a un tercer mandato es seguro que, a sus 65 años, será el último, confirma. "Por lo tanto, convocaremos las elecciones entre finales de mayo y principios de junio, aunque habrá que valorar las fechas para que se celebren en el momento más oportuno".

Balance. La representatividad de FAE es poderosa, más de 10.000 empresas burgalesas, aunque solo votarían, si hay más de una candidatura, los 85 integrantes de la Junta Directiva.

Tras nueve años en el cargo, la patronal burgalesa es la organización más fuerte y solvente dentro de la regional Cecale y una organización muy activa en las nacionales CEOE y Cepyme. "Nos hemos ganado el prestigio a pulso", reconoce el presidente, quien matiza que en ese ‘nos’ hay un equipo de personas que trabajan en el día a día de la organización bajo la gestión de su secretaria general, Emiliana Molero. "Yo solo soy la punta de iceberg".

Estos últimos cuatro años han estado marcados por la celebración del 40 aniversario de FAE y la consolidación de la organización en defensa de los intereses de Burgos y sus empresas. "En estos 4 años hemos salido de la crisis y algunas empresas han recuperado el optimismo, aunque en el último año han aparecido los nubarrones que están generando cierta intranquilidad".

Se muestra muy satisfecho con la gestión realizada y preocupado por los problemas históricos que arrastra la economía burgalesa: su desarrollo logístico, el Parque Tecnológico, la apuesta por el ferrocarril y el Corredor Central y la sangría de capital humano hacia otras provincias, algo que no están deteniendo las universidades locales. 

A este respecto, recuerda que no solo Madrid nos come la tostada sino que Zaragoza y el eje País Vasco-Navarra se están aprovechando del desvío de la red de comunicaciones hacia Valladolid y del olvido de las ventajas de la línea recta.

Benavente está cómodo en su papel de voz "incómoda" ante las Administraciones, los políticos y los sindicatos. Sus ideas van por un lado y sus negocios por otro y no le tiembla el pulso a la hora de decirlas con toda la contundencia que le caracterizan.