Aspanias prevé 70 despidos en su centro de Quintanadueñas

ANGÉLICA GONZÁLEZ
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Busca un préstamo de 2,7 millones. El descenso de la actividad en más del 40% es una de las razones del crítico momento que vive la entidad -ha cerrado 2019 con 900.000 euros de pérdidas-, que va a iniciar un proceso de cambio, según el gerente

El Centro Especial de Empleo -sobre estas líneas, una imagen de archivo- se abrió en el año 1985. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

El gerente de Aspanias, José María Ibáñez, se niega a llamarlo ERE. Pero lo cierto es que la entidad va a iniciar con los sindicatos de forma inmediata una negociación que prevé la salida de entre 53 y 55 trabajadores con discapacidad de su Centro Especial de Empleo ubicado en Quintanadueñas -aproximadamente el 18,3% del total- y de entre 17 y 19 empleados de apoyo (sin discapacidad), lo que supone un 7,3% del total. El despido de la plantilla con discapacidad se va a hacer, según señaló, «de acuerdo con ellos y con sus familias» en un proceso individualizado que, según indicó, no ha hecho más que empezar y que se sustanciará en la mesa de diálogo social. «La connotación que tiene en la sociedad la palabra ERE para las personas con discapacidad es de una ruptura traumática, por eso no centramos el debate en la semántica sino que nuestro principal objetivo es ofrecer alternativas de vida real para esos trabajadores cuyo ciclo se ha terminado». Esto no es así, reconoce, para los trabajadores sin discapacidad, a quienes tampoco da un portazo definitivo sino que afirma que existen posibilidades para su reubicación «si se genera una bolsa de empleo por la diversificación del negocio centrado en el medio rural y en las personas mayores» y en este sentido precisó que está a punto de abrirse un centro de día en Villadiego y de ampliarse el que ya tienen: «Estas cifras son las que nosotros proponemos y ahora empezaremos el periodo de consultas con la representación sindical sobre qué personas serán las que salgan y en qué condiciones».

No argumenta para estos despidos, de entrada, razones económicas sino que afirma que se trata de un grupo de personas con discapacidad para quienes hace ya un par de años el puesto de trabajo «ya no aporta valor personal ni profesional y tampoco valor añadido a la actividad». Así, el 78,19% de ellas «bien por su situación de envejecimiento prematuro o por su jubilación» van a ser encaminadas a lo que Aspanias ha llamado Proyecto Puentes de ocio e inserción comunitaria y el resto serán reubicados «en fórmulas de formación para otros perfiles profesionales» para lo que se está en conversaciones con las consejerías de Empleo y Familia: «No se va a dejar caer a ninguna persona con discapacidad, a todas se les buscará alternativas».

Estas «salidas» se enmarcan en un contexto en el que los números del grupo Aspanias no son buenos. Ibáñez -que no duda en decir que los últimos resultados ha sido «catastróficos»- explicó que 2019 se ha cerrado con pérdidas de 900.000 euros, una cifra que triplica la que se experimentó en 2018 (unos 300.000 euros en rojo), lo que fundamentalmente es fruto de la mala situación de una de sus fundaciones, CISA, que es la que se ocupa del ámbito laboral y del Centro Especial de Empleo.  Añadiendo a estos 900.000 euros de déficit  el 1.800.000 euros que suman las deudas con proveedores, la transformación de la deuda de corto a largo plazo y el crecimiento que ha previsto Aspanias para los próximos años, la organización está realizando una búsqueda activa entre todas las entidades financieras de un préstamo que ronda los 2,7 millones al que puede responder -precisó Ibáñez- con un patrimonio, fundamentalmente inmobiliario, de más de 20 millones de euros.

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)