Estamos en febrero y es imposible determinar cómo será la situación sanitaria para finales de junio. Eso no quita para que sea fácil prever que las actividades en la calle o los actos multitudinarios serán inviables por mucha mejora que presente la pandemia. Partiendo de esa base y con una previsión «muy garantista», la comisión de fiestas tuvo ayer su primera reunión para establecer el rumbo que ha de marcarse la ciudad para celebrar San Pedro y San Pablo en 2021.

Para empezar, la concejala Blanca Carpintero no se atrevió a denominarlo «fiestas», porque faltarán casi todos sus ingredientes. Pero tampoco hablamos de las «no fiestas» virtuales del año pasado. «Aunque solo es un planteamiento inicial que habrá que concretar y modificar según la evolución de la pandemia estamos barajando organizar actividades entre el 25 y el 29 de junio», afirmó tras la reunión a la que asistieron representantes de partidos políticos, la Hermandad de Peñas, la Federación de Fajas y Blusas y el Comité de Folclore, entre otros. «Los días son negociables y flexibles dependiendo de qué podamos hacer y cómo», añadió.

En esos iniciales cinco días de San Pedro barajan organizar dos conciertos de los llamados de gran formato en el Coliseum o el Plantío con los aforos que se permitan en ese momento. «Trabajaremos con el planteamiento actual para espacios y aforos y calcularemos también los que se podrían dar en niveles inferiores de riesgo», matizó la concejala de Festejos. 

Prevén también programar actuaciones musicales más reducidas en escenarios como el de los jardines del Palacio de la Isla que tan buen resultado dio el verano pasado. Y proponer otras actividades artísticas y escénicas para público familiar tanto ahí como en el monasterio de San Juan o en patios de colegios como el Fernando de Rojas. Es decir, espacios al aire libre, pero acotados para controlar aforos y distancias de seguridad.

Como mucho, avanzó Carpintero, estudiarán también repetir la ofrenda floral de 2020, que fue reducida y en el interior de la Catedral. «Todos coincidimos en la situación que atravesamos y tenemos una visión realista de lo que se puede plantear. Por parte de las peñas hay predisposición a colaborar porque saben que su papel es dar ambiente, pero ahora no se puede. Y cualquier idea se consultará con la Junta para tener su permiso».