La ermita de Villalaín empieza a ver la luz

A.C.
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La Dirección General de Patrimonio y el pueblo iban a invertir en Santa María del Torrentero 403.000 euros en 2010. Con 10 años de retraso y solo 48.400 euros, la Junta inicia la primera fase de las obras

La empresa Nueve Restaura inició las obras de restauración hace un par de semanas. - Foto: A.C.

Tras un peregrinar en el que parecía imposible llevar la empresa a buen puerto, la Dirección General de Patrimonio ha comenzado, diez años después de lo previsto, a ejecutar obras de restauración en la ermita de Santa María del Torrentero, de Villalaín. El templo de origen románico (XII) que fue propiedad de la familia de los Díez Isla, junto con el vecino palacio torre, fue declarado BIC en 1992. Por su protección, solo la Junta de Castilla y León podía actuar en sus muros y hace apenas dos semanas que ha iniciado el camino de su recuperación.

Hace una década, la Fundación del Patrimonio de Castilla y León, participada por las cajas de ahorro y el Gobierno regional, junto con la parroquia el pueblo, iban a invertir nada menos que 403.000 euros en la restauración de todo el conjunto, incluidas las valiosas pinturas renacentistas que ahora se vislumbran en el altar románico. El gasto se iba a repartir al 70 y al 30 por ciento, respectivamente. Poco después, en el año 2012, tras la irrupción de la crisis del ladrillo, el presupuesto se redujo a 234.000 euros y la cofinanciación al 50% para cada una de las partes. Las obras iban a centrase exclusivamente en el edificio y dejar para fases posteriores las mejoras de sus elementos interiores, los retablos o las pinturas. Pero finalmente, se ha comenzado por una intervención mucho más humilde, con un coste de 48.400 euros, a la que el párroco, Juan Miguel Gutiérrez, confía que le sigan nuevas actuaciones el próximo año.

En 2010, los estudios arqueológicos realizados en el templo dejaron su pavimento totalmente levantado y el suelo excavado. Así ha permanecido hasta ahora, en que se va a volver a tapar y recolocar el pavimento original de piedra. Además, en el coro se colocarán nuevas piezas de piedra caliza. Las obras se completarán con la restauración del campanario y el husillo, donde se renovarán las cubiertas, se tratarán las grietas, se instalará una nueva escalera de madera en el segundo nivel de la torre, entre otros trabajos. En su fachada se pueden ver los testigos que se colocaron sobre las grietas en 2010. Un estudio que analizó su movimiento durante seis meses concluyó que en ese periodo concreto, la iglesia no se había visto afectada por las explosiones de la cercana cantera, como muchos vecinos defendían.

El presupuesto de esta primera fase llegará también para dejar hecha la preinstalación de electricidad y poder dotar con iluminación el templo más adelante. Ayudará a disfrutar de sus dos cabeceras, una románica y otra gótica construida por los Isla, así como de sus pinturas renacentistas (S.XV) al fresco sobre la cabecera románica. Por su valor, la Junta también ha decidido que se desmonten los altares y queden vistas las imágenes del Calvario, Cristo crucificado, ángeles y apóstoles.

La prioridad para el párroco es que se afronte la rehabilitación de la cubierta, en la que los vecinos taparon un agujero con sus medios y trabajo voluntario. El arquitecto  José Manuel Álvarez también admite en su proyecto que «requerirían de mayor prioridad la cubierta o actuaciones de tipo estructural, pero no ha sido posible acometerlas», ante el escaso presupuesto de que se disponía. En el futuro, Gutiérrez Pulgar también trabajará para «intentar restaurar las pinturas de la nave románica».