El calendario no le da tregua a Jesús Gómez. Después de proclamarse campeón de España de 1.500 en pista cubierta por tercer año consecutivo, el burgalés ha vuelto a pisar hoy el tartán en el Indoor Tour Gold de Madrid y lo ha hecho ofreciendo unas sensaciones inmejorables. Ha participado en el 1.500 y ha cruzado la meta en segunda posición, batiendo su mejor marca personal al parar el crono en 3.36.32. Ya mira ambicioso al Europeo, que se celebrará en Torun (Polonia) el primer fin de semana de marzo.
El mediofondista de Castellanos de Castro llegó al Nacional del pasado domingo sin haber corrido un 1.500 en 2021 y con ciertas dudas por culpa de una lesión en el gemelo. Solo había participado en un 3.000 en Valencia y su rendimiento era una incógnita. Sin embargo, su dolencia muscular no le incomodó en ningún momento y pudo sacar a relucir su talento para alzarse con el oro. Un triunfo que, sin duda, le hace afrontar con la moral alta la cita continental en Torun. «Por suerte, pude recuperarme de la lesión a tiempo y todo ha salido bien. Está claro que ir al Europeo siendo el campeón de España siempre es mejor», comentó Gómez.
Una vez celebrado el Campeonato de Europa bajo techo, se centrará en preparar la temporada al aire libre, en la que emergen por encima de cualquier otro objetivo los Juegos Olímpicos. El burgalés, que tiene Tokio marcado en rojo en el calendario, se preparará para el evento más importante de su trayectoria deportiva compitiendo en alguna «carrera internacional de nivel» y con su «participación en el Campeonato de España al aire libre».
Un lustro de ensueño. La historia de Jesús Gómez es tan increíble como meteórica. En tan solo cinco años, ha pasado de no dedicarse al atletismo a sumar cuatro títulos de Campeón de España y conquistar una medalla de bronce en el Europeo. Un diamante en bruto que comenzó a pulirse en 2015 y, desde entonces, no ha dejado de brillar.
El burgalés no era el típico joven que llevaba entrenando desde niño. Ni mucho menos. De hecho, no fue hasta los 24 años cuando descubrió el mundo del atletismo casi por casualidad. A veces bajaba a San Amaro para entrenar con Rubén Castrillo y Nacho Casas, sus amigos de la infancia, pero sin más interés que el de pasar el rato. También dedicaba su tiempo jugando al fútbol sala.
En 2015, le animaron a participar en un control en Los Corrales de Buelna (Cantabria) e hizo una marca que llamó la atención a la Federación Española de Atletismo. Ahí empezó todo. Corrió alguna prueba más y se puso en manos de Benjamín Álvarez Furones, su entrenador actual, con quien empezaron a llegar los éxitos. Se proclamó campeón de España de 1.500 al aire libre en 2018 y, un año más tarde, se alzó con el oro nacional en pista cubierta, una medalla que ha revalidado tanto en 2020 como en 2021. Entre medias, alcanzó en tercer cajón del podio en el Europeo de Glasgow 2019, una hazaña que tratará de emular dentro de dos semanas en Polonia.
En tan solo cinco años, Gómez ha pasado de correr alguna prueba popular de la Diputación Provincial, sin más ambición que la de divertirse, a convertirse en un dominador del mediofondo español y en un candidato a las medallas europeas. Los Juegos Olímpicos de Tokio serán el colofón para este burgalés que de pequeño no soñaba con ser atleta, pero ahora ya se ha acostumbrado a ganar y no quiere que nadie le despierte.