Venezuela sigue intentando recuperarse del masivo corte de suministro eléctrico que vive desde la tarde del pasado jueves -y que al cierre de esta edición continuaba en algunas partes del país-, un apagón ante el que el Gobierno de Nicolás Maduro pidió «calma» y no caer «en la violencia».
Mientras las autoridades tratataban de devolver la luz a las zonas afectadas por el «ciberataque», según Maduro programado desde EEUU, desde la oposición movieron ficha y la Asamblea Nacional, controlada por el antichavismo, autorizó a su presidente, Juan Guaidó, a decretar un «estado de alarma nacional» debido a la «calamidad» que atraviesa la nación por la falta de energía.
Los diputados aprobaron de forma unánime la petición de Guaidó, que se entiende como «modalidad del estado de excepción» y regirá durante 30 días.
Según el dictamen, las «excusas» del Ejecutivo sobre el «sabotaje» de Estados Unidos están «llenas de mentira y de gran cinismo», apuntando a la «desinversión y la ineptitud» como causas reales del corte.
Después de la decisión del Parlamento, el autoproclamado presidente convocó a una gran manifestación para hoy en todo el país en rechazo al apagón.
Además, pidió ayuda a la comunidad internacional para detener los envíos de petróleo que hace el Gobierno de Nicolás Maduro a Cuba.
«Hemos decretado no más envío de petróleo a Cuba, no se van a seguir chuleando el dinero del pueblo de Venezuela, además no solamente lo decretamos, sino que solicitamos la cooperación internacional para hacer efectiva esta medida», aseveró.
Cuba es uno de los principales aliados del Ejecutivo de Caracas, del que recibe unos 100.000 barriles de petróleo cada día, a precios preferenciales, a través de varios acuerdos de cooperación. El principal de ellos, Petrocaribe, también suministra crudo a varios países caribeños con esos mismos bajos intereses.
El opositor también afirmó que la medida de cortar el suministro busca impedir la «injerencia» de Cuba en los asuntos internos de Venezuela, así como el presunto control que, asegura, ejerce la isla sobre los Servicios de Inteligencia y el Ejército.
«Señores de la Fuerza Armada, ustedes saben la injerencia de Cuba en inteligencia y contrainteligencia, no vamos a seguir, entonces, financiando indirectamente la participación de cubanos para someter a la Fuerza Armada», explicó.