Casi un año después de que el PSOE y Cs conformaran el bipartito, los roces entre las dos partidos empiezan a dejarse ver y ya no se esconden. Si a principios del pasado mes de julio se escenificaba la primera crisis de Gobierno al relevar de la Concejalía de Vías Públicas al edil de la formación naranja, Julio Rodríguez-Vigil, en esta ocasión las diferencias dentro del Ejecutivo han venido dadas por la gestión del II Plan de Crisis.
Las discrepancias han venido, en esta ocasión, al saberse que nadie ha movido un papel en el Ayuntamiento para cumplir dos de las ayudas recogidas en el documento que se firmó el pasado mes de enero. En concreto, el compromiso por crear una línea de 300.000 euros para la concesión de microcréditos a empresas y otra de 500.000 para ayudar a «empresarios, autónomos y trabajadores afectados por un ERTE».
El lunes, el vicealcalde y presidente de la Sociedad de Promoción, Vicente Marañón, vino a decir que la línea de los microcréditos no era cosa suya y afirmó que se interesaría por ello insinuando que la responsabilidad quizá podría ser de la Concejalía de Comercio, que lidera su compañera de partido, Rosa Niño, o del área de Hacienda, capitaneada por el edil socialista, David Jurado.
Tanto Niño como Jurado quisieron aclarar ese mismo día a este periódico que la gestión de los microcréditos no correspondía a sus concejalías y después de que ningún área asumiera esta responsabilidad, ayer la coportavoz del equipo de Gobierno, Nuria Barrio, afirmó que esta tarea la debía de acometer su socio en el Ejecutivo. «Le corresponde a Promueve» ya que la idea era hacer algo «similar a los microcréditos de Sodebur» (...).
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