Lo que nació como una iniciativa solidaria de los sacerdotes de la diócesis para ayudar a través de Cáritas a las familias más vulnerables ante la crisis del coronavirus no solo fue un éxito en sus meses iniciales sino que además se ha mantenido en el tiempo, de modo que los presbíteros han donado ya de manera voluntaria cerca de 80.000 euros a la entidad social. 

Así lo confirmó el vicario episcopal del Clero, Jesús Castilla, que señaló que el hecho de que los sacerdotes burgaleses decidieran renunciar  a parte de su sueldo y entregarlo a Cáritas para paliar las consecuencias económicas de la pandemia es «un gesto de generosidad admirable», especialmente porque fue secundado por la mayoría de los curas de la provincia, cuyo sueldo está en torno a los mil euros.

El gesto del presbiterio, coordinado desde la Vicaría diocesana del Clero, nació a propuesta de varios sacerdotes y ha sido imitada por varias diócesis españolas. Se trata de una colecta conjunta de los sacerdotes «para estar muy cercanos de los que en esta pandemia se van a quedar en las cunetas sociales y económicas», tal como detalló en su momento Jesús Castilla.

Desde el primer momento se establecieron dos formas de colaboración; por un lado, a través de la propia Vicaría, y por otro a través de la propia cuenta bancaria de Cáritas, donde los propios presbíteros ingresaban su aportación. Hubo quien entregó una cuantía única y quien optó por fraccionar mensualmente las donaciones, que irán íntegramente a los programas de atención a necesitados y familias con pocos recursos.

En palabras del también director de la Casa Sacerdotal, se trata de «una expresión de entrega y cercanía a los más necesitados», una muestra de «estar al lado de quienes sufren tanto dolor en estos momentos tan difíciles».