La negociación del Presupuesto entre el PSOE y Cs parece haber entrado en una fase decisiva. El acuerdo entre los dos partidos está únicamente a falta de que se pulan «pequeños detalles» y en este momento la única resistencia que pudiera haber para la firma de un pacto sería la del portavoz de la formación naranja, Vicente Marañón, quien podría estar echando el freno al ya indisimulable deseo de sus cuatro compañeros del Grupo Municipal de sellar una alianza lo antes posible. Luego, y tampoco es un asunto menor, debería de ser bendecido por la dirección del partido en Valladolid y Madrid.

La última reunión entre las dos formaciones se produjo este lunes y en ella se trabajó ya sobre un documento que se podría parecer mucho al definitivo y en el que se reflejan las reivindicaciones de la formación naranja para cada una de las áreas municipales. El acuerdo era ya prácticamente total, el alcalde, Daniel de la Rosa, incluso verbalizó su deseo de firmarlo esta misma semana, pero fue Marañón, según testigos de la negociación, quien enfrió el diálogo con nuevas matizaciones que se creían ya resueltas y superadas y que fueron interpretadas como una intención deliberada por postergar un acuerdo inmediato.

De la Rosa y Marañón acordaron verse también las caras esta semana para, en este caso, hablar cara a cara y con total discreción. No es la primera vez que esto sucede ya que desde que arrancaran las negociaciones a finales del mes de noviembre se han ido alternando las reuniones de los dos líderes con otras en las que también han participado otros concejales.

En el caso de que el PSOE y Cs firmen un acuerdo, la formación naranja lo trasladará para su revisión al secretario institucional del partido en Burgos, Lorenzo Rodríguez, que se ha pronunciado públicamente a favor de un pacto y que es quien a su vez lo haría llegar a Valladolid y Madrid para que den su visto bueno. Antes, el único filtro que debía de superarse era el nacional, pero ahora también lo es el regional.

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