Castilla y León descarta que se pueda 'gripalizar' la gestión de la pandemia de la covid-19 dado el número de contagios, la incidencia acumulada y los fallecimientos que sigue provocando el coronavirus. No obstante, abre la posibilidad a reducir la vigilancia epidemiológica en los «próximos meses inmediatos» si el virus sigue la evolución que «parece apuntar». El consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, realizó estas declaraciones ayer tras participar en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, en el que se debatió sobre la disminución de la intensidad en la vigilancia epidemiológica.

Vázquez argumentó que la gripe generó una pandemia de tres años en 1918, con olas que se fueron sucediendo de forma «algo parecido» a esta de la covid. Sin embargo, recalcó que esta enfermedad es una endemia porque está «perfectamente controlada» y tiene un carácter estacional. A su juicio, el coronavirus no está en esa situación, tal y como refleja la incidencia acumulada y el número de casos.

En ese sentido, defendió que en este momento no les parece adecuado reducir la vigilancia epidemiológica de forma «global» e «instantánea», si embargo, matizó que esto no quiere decir que si la evolución es la que «parece apuntar», se pueda hacer en los «próximos meses inmediatos». Además, remarcó que Castilla y León sí que tiene preparado un sistema red de centinela para esta nueva fase de la pandemia, pero indicó que otras comunidades ya advirtieron de que no están en condiciones de hacerlo. 

De esta forma, el titular de Sanidad defendió que en una siguiente etapa podría mantener una vigilancia intensiva en colectivos vulnerables, como las personas que viven en centros residenciales, que se encuentran hospitalizadas o que padecen enfermedades graves.

El consejero de Sanidad insistió ayer, según las declaraciones recogidas por Ical, que la Comunidad se acerca al «pico» de la sexta ola, que podría alcanzar en un «breve plazo», al lograr reducir ayer la incidencia acumulada a 14 y siete días por cada 100.000 habitantes, ya que se sitúa en los 4.442,66 y 2.216,74 casos, frente a los 4.447 y 2.297 del miércoles.

Vázquez remarcó se está produciendo una «importante deceleración» del crecimiento de los contagios y el número reproductivo básico, que determina las personas que pueden contagiar cada caso positivo, se sitúa en el uno y, en algunas provincias, por debajo de este umbral. Además, la positividad de las pruebas se sitúa en el 42,9 por ciento.

Asimismo, Vázquez señaló que las unidades de hospitalización atienden a 799 pacientes de covid y las unidades de cuidados intensivos (UCI) a 116, lo que supone una ocupación del 35 por ciento respecto a las camas estructurales y del 29% en las extendidas.

En cuanto a la situación de las plantillas, explicó que 1.723 profesionales –298 médicos, 577 enfermeras y 319 técnicos en cuidados de enfermería– se encuentran de baja por haberse contagiado, frente a los 1.000 de hace dos semanas y los 1.500 de la pasada.