La Colonia de La Enebrada

Máximo López
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Aranda de Duero acordó en 1916 ceder gratis 200 hectáreas para desarrollar un innovador proyecto de reforma agraria y un experimento sociológico. Allí nació Cecilia Tobes San José en 1942, la bebé a la que busca su familia desde Italia

La Colonia de La Enebrada

Se cumple un siglo desde que el Pleno del Ayuntamiento de Aranda de Duero acordara ceder gratuitamente a la Junta Central de Colonización 200 hectáreas al Sur del monte de la Calabaza, junto al río Duero. Aquel 14 de febrero de 1916 se ponían las bases de lo que sería la Colonia de la Enebrada, un innovador proyecto de reforma agraria que suponía también un inédito experimento sociológico basado en la familia, en el cooperativismo y en el acceso a la propie dad de manera igualitaria.
Era llevar a la práctica ciertos planteamientos filosóficos, que habían sido calificados como utópicos y que partían de la equidistribución de la riqueza, de un sistema productivo sin patrón alguno y de la plena igualdad en la toma de decisiones. El 3 de junio de 1917 será aceptado este terreno forestal por el Ministerio de Gobernación. La futura colonia era la séptima par te del monte de la Calabaza que, desde tiempos remotos, había pertenecido al Consistorio arandino. A raíz de la Desamortización civil de Madoz de 1855 se habían iniciado los trámites para su venta forzosa. El Ayuntamiento de Aranda se opuso reclamando el 15 de julio de 1861 y, tras un largo pleito contenciosoadministrativo ante el Consejo de Estado, consigue revocar en 1878 la obligación de vender. Esta resolución será decisiva a la hora de poder disponer de una extensa superficie que, por su proximidad al Duero, era susceptible de transformar parcialmente en regadío. Son terrenos que pertenecían al término municipal de Aranda de Duero, a más de 7 kilómetros de su núcleo urbano y a casi 4 kilómetros de Vadocondes. El marco de actuación del proyecto se hará de conformidad con la Ley de Colonización y Repoblación Interior de 3 0 de agosto de 1907, un proyecto que tendrá mejor encaje en las regiones del Sur de España, donde pr imaban los grandes latifundios, pero que gracias a la labor y contactos del que fuera ministro de Canalejas, el arandino Diego Arias de Miranda (1845-1929), se consiguió que fuera aprobado por el gobierno. Suponía una experiencia piloto de cómo esta medida de reforma agrar ia también podía tener su aplicación en Castilla la Vieja. El terreno elegido, según los informes de la época, era «desprovisto de arbolado, siendo por tanto completamente improductivo». Era evidente que el esfuer zo que había que hacer sobre el mismo era muy grande. Se realizarían 40 lotes para otras tantas familias. Los beneficiados debían ser labradores pobres que «reuniendo condiciones de aptitud y moralidad, sean casados, viudos o viudas con hijos». A cada familia le correspondía un terreno de 3 hectáreas y estos lotes serían indivisibles a perpetuidad, 2 hectáreas se dedicarían a regadío con cultivos alternativos de remolacha y trébol. La zona de secano sería para cereal y una parte a viñedo para elaborar vino en la cooperativa. No obstante uno de los fracasos del proceso colonizador fue la tardanza en contar con la suficiente superficie de regadío así como otros aspectos moder nizadores que no llegaron a aplicarse. Hasta el 19 de abril de 1927 no se concede el permiso de la Dirección General de Obras Públicas para el establecimiento del regadío, procedente del Duero, en 96 hectáreas. Cada familia también dispondría de una vaca y una ternera que pastarían en 80 hectáreas de terrenos comunes que no se repartían. Esta zona servía además para aprovechamiento de leña entre todas las familias. Los lotes comunales estarían constituidos por zonas de monte, ribera y baldíos. También sería de uso común un abrevadero y una fuente, que aún subsisten. Los colonos deberían constituir una cooperativa como «órgano intermediario y educativo de los mismos en sus necesidades de crédito, ahorro, socorro, seguro, compra, venta y mejora cultural». La planificación del proyecto también se centró en las construcciones que fueron diseñadas en 1916 por el ingeniero agrónomo Víctor Ebro. Habrá unos edificios comunales que serán la Casa Central (almacén, despacho de la cooperativa, sala de reuniones, capilla y comedor escolar), junto a éste se situará la escuela y vivienda del maestro. Aquí también se ubicará el horno de pan, donde se cocerá semanalmente para todos los colonos haciéndose un turno entre todas las familias. En cuanto a la enseñanza de los niños no será hasta el 22 de noviembre de 1948 cuando el Ministerio de Educación Nacional cree definitivamente la Escuela Mixta de la Colonia de la Enebrada, con una plaza de maestra sufragada por el Estado. La asistencia religiosa, con la celebración de la misa dominical, fue encomendada a los claretianos. Junto a estos edificios comunes se construirá más tarde la casa del guarda del Canal. Los edificios que sir ven de vivienda para cada familia están diseminados por toda la Colonia de la Enebrada. Por cada dos lotes se construye un edificio con dos viviendas independientes de planta baja para sendas familias y dotadas de cuadras, granero y pajares independientes. Varias se estructuran de dos en dos, como puede verse en la fotografía, por lo que serán cuatro las familias que vivirán de manera más próxima, con el fin de evitar el aislamiento y promover la convivencia y ayuda mutua. Cada vivienda se encontrará en uno de los extremos de la explotación. Tras la Guerra Civil se crea en 1941 el Instituto Nacional de Colonización. La Enebrada pasa a depender de este nuevo organismo que hará distintas reformas para hacer viables económicamente las explotaciones pero variando el modelo de autogestión inicial. Se introducen novedades en el ganado, se mejora el sistema de regadío y se amplían y reformulan algunos de los lotes dado que, con la pr imera mecanización del campo, ya son muy pequeños para una sola familia. En 1978 se culmina el proceso de traslado de la propiedad tras la firma de un convenio entre 30 colonos y el IRYDA (Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario). Un total de 18 colonos reciben lotes simples y 12 se harán con lotes dobles.

* Este artículo se publicó en la edición impresa el 14 de febrero de 2016