La Asociación de Artesanos Burgaleses del Barro (Alfabur) ha puesto de relieve la situación que atraviesa el sector, que afronta, además de las consecuencias económicas de la pandemia, la falta de relevo generacional. Su presidente, Eugenio Ortiz, reivindica a las administraciones públicas que impulsen la creación de escuelas taller para que «los profesionales en activo podamos transmitir nuestros conocimientos, ya que sería una pena que nos fuéramos sin dejar nuestra impronta».
A modo de ejemplo, Ortiz puso de relieve que cuando se constituyó la asociación había en Burgos 12 talleres, mientras que ahora tan solo quedan cinco, si bien reconoció el coste que supone poner en marcha este tipo de centros de formación, en torno a 30.000 o 40.000 euros, con los que sí que cuentan provincias como Valladolid y Salamanca. A pesar de todo la entidad mantiene su presencia en el calendario cultural de la ciudad con la celebración de su tradicional Feria de la Cerámica, que este año tendrá lugar desde hoy jueves y hasta el lunes, 2 de agosto, en el Espolón.
En la muestra participarán una veintena de talleres procedentes de 12 provincias de España y dos de Portugal, sin que en esta ocasión haya representación burgalesa. Respecto a la organización, se mantendrán los mismos protocolos sanitarios y de seguridad que el año pasado, con una separación de 1,5 metros y un circuito de entrada y salida con geles hidroalcohólicos. Lo único que cambiará será el aforo, que pasará del 50 al 75%, según informó la edil de Comercio, Rosa Niño, en la presentación de la feria.
Ortiz destaca la variedad de la misma, algo que atribuye a la experiencia de sus participantes. «Los que empezamos fuimos autodidactas y por eso hay tanta diversidad, ya que cada uno tiene su especialidad, como la porcelana, el gres, la loza o el barro blanco», detalla, al tiempo que destacó la «riqueza creativa» del sector en toda Castilla y León.
La muestra del año pasado fue la primera de estas características que se celebró en España en pandemia, con la incertidumbre de «no saber lo que iba a pasar», reconoce Ortiz. Sin embargo, la respuesta del público fue «espectacular», algo que se espera repetir o incluso incrementar en esta edición porque «ya hay más turismo», tal y como subrayó Niño, quien hizo referencia a clientes fieles de otras provincias que acuden a cada cita anual procedentes del País Vasco, Madrid o Extremadura. El evento estará abierto de once a tres de la tarde y de cinco a diez de la noche.